Si tenemos pájaros, un macho y una hembra, es cuestión de tiempo que se apareen y tengan descendencia, por lo tanto, para que el desarrollo de los polluelos sea el mejor posible, es necesario tener en cuenta algunas consideraciones.
La incubación
Durante el proceso de incubación es habitual que la hembra se deje llevar completamente por sus instintos maternales, hasta tal punto, que puede llegar a ignorar al macho, cuyo instinto lo llevará a querer aparearse de nuevo.
Si el macho resulta ser muy insistente, llegando a molestar a la madre y los huevos, deberemos apartarlo y meterlo en otra jaula, pero asegurándonos de que permanezca cerca de la hembra, de tal modo que sigan pudiendo oírse y verse.
El nacimiento
Podemos ayudar a que los polluelos salgan del cascarón humedeciéndolos con agua al final de la época de incubación. No obstante, nunca debemos tocar con nuestras manos los huevos, ya que debido a su fragilidad, podríamos romperlos y acabar haciendo daño a los polluelos.
Los primeros días
Cuando son recién nacidos, los polluelos únicamente estirarán el cuello y abrirán el pico para alimentarse.
Pasada una semana, comenzarán a abrir los ojos y, un par de días después, empezarán a evacuar sus heces fuera del nido.
A los 15 días de su nacimiento, aparecerán las primeras plumas y, poco después, comenzarán a atreverse a salir del nido.
Durante todo este proceso, deberemos prestar especial atención a cómo se desarrollan los polluelos, ya que en caso de no seguir las pautas mencionadas, deberíamos acudir al veterinario.
La independencia
Pasado un mes desde el nacimiento, los polluelos ya estarán listos para ser independientes, siendo capaces de salir del nido sin problema, de alimentarse solos y, por supuesto, de poder vivir en otra jaula sin sus padres.