En el artículo de hoy os vamos a proporcionar una serie de pautas y recomendaciones para que podáis cuidar y mantener a un Escorpión emperador en casa, un tipo de mascota exótica que no requiere de grandes cuidados, y que además, presenta una esperanza de vida de hasta 10 años.
Alimentación del Escorpión emperador
La alimentación del Escorpión emperador no es una tarea complicada, puesto que únicamente necesita comer 2 ó 3 veces por semana, ingiriendo grillos u otros insectos que se pueden adquirir de forma envasada en tiendas especializadas, y cuyo contenido sirve para alimentarlo durante casi 2 meses.
Respecto al agua, podremos optar por ofrecerle un recipiente con agua donde pueda beber pero sin llegarse a ahogar, o bien, proporcionarle un algodón humedecido cada 4 ó 5 días para que pueda hidratarse.
Mantenimiento y limpieza del terrario del Escorpión emperador
El terrario debe de ser de un tamaño medio, lo suficiente como para que el Escorpión pueda ejercitarse y dar paseos por él. La superficie deberá estar decorada con fibra de coco, la cual, tendrá que tener una profundidad aproximada de, al menos, 5 cm, ya que de este modo conseguiremos satisfacer la necesidad de investigar y escarbar que tienen todos los Escorpiones.
Debemos proporcionarle rocas de diversos tamaños, tanto grandes como pequeñas, para que el Escorpión tenga la posibilidad de escoger a la hora de dormir.
También es recomendable colocar un termómetro en el interior del terrario, para así asegurarnos de que la temperatura se mantiene entre los 25 y los 30oC de forma constante.
En este sentido, será fundamental pulverizar con agua el terrario todos los días, para así conseguir que la humedad del ambiente se mantenga siempre alrededor del 80%.
Por último, en lo referente a la limpieza del terrario, cada 6 meses deberemos sustituir la fibra de coco o la superficie empleada, retirando con unas pinzas y con mucho cuidado a nuestro Escorpión, para poder acondicionar el resto de elementos del terrario.
En este caso, le agarraremos con las pinzas por la cola, procurando no perder de vista nunca el aguijón, y evitando además realizar movimientos bruscos que puedan alterarle.