Los gatos disponen de un potente sentido del olfato, por lo tanto, si nuestro gato orina fuera de su caja, terminará regresando a ese mismo sitio para hacer sus necesidades, ya que el olor a amoniaco desprendido por su orina resulta verdaderamente atrayente.
Por desgracia, las visitas repetidas a un lugar de la casa pueden acabar resultando algo verdaderamente apestoso, por lo que nuestro objetivo no debe limitarse únicamente a limpiar el área afectada, sino también, a neutralizar el olor para disuadirlo de la posibilidad de acudir de nuevo.
Aunque podamos pensar que hemos limpiado perfectamente la zona, eliminando por completo la mancha, el olor puede persistir.
Para neutralizar por completo el olor, deberemos emplear un limpiador enzimático, el cual, “digiere” la proteína que causa el mal olor y la descompone. De este modo, nos deshacemos del olor que provoca que el gato regresa a esa zona para “marcar” de nuevo el terreno.
Antes de utilizar un limpiador enzimático, es importante leer y seguir las instrucciones de dicho producto, con el fin de garantizar que no resulte perjudicial para la superficie afectada (alfombras, madera, tela, etc…).
Centrándonos en las alfombras, uno de los lugares donde el gato suele orinar cuando lo hace fuera de su caja de arena, veamos qué procedimiento debe seguirse para su limpieza:
– Si la orina del gato todavía se encuentra húmeda, limpiaremos el área lo más pronto posible, aplicando el limpiador enzimático del modo en que se indica en las instrucciones del fabricante.
– Posteriormente, retiraremos la alfombra de la zona y dejaremos que se seque de manera natural los días que hagan falta.
– Una vez que la alfombra esté seca al tacto, revisaremos bien el olor antes de volverla a colocar. Si el olor de la orina del gato todavía se nota, repetiremos el proceso hasta que comprobemos que ya no huele a nada.