La fruta es uno de los alimentos indispensables en la alimentación de los seres humanos, especialmente en la de los más pequeños, ya que son una gran fuente de vitaminas y minerales enormemente beneficiosas para el crecimiento, sin embargo, muchos niños las rechazan y deciden no comerlas.
Cómo conseguir que los niños coman fruta
Dado que el consumo de fruta es muy importante para un correcto desarrollo y crecimiento en los más pequeños, vamos a daros a continuación una serie de claves para introducir la fruta en su dieta.
Disponer de fruta fresca. Es importante que los niños la vean, ya sea en el frutero, en la nevera, entera o cortada, ya que así se interesarán por ella y querrán probarla. Será necesario ofrecérsela en el desayuno, como postre y a la merienda.
Ofrecerla de diversas maneras. La fruta se puede tomar de diversas formas, por lo que para que el niño no se aburra de comerla siempre igual, la mejor manera de hacerla más atractiva es la variedad, ya sea dándole la pieza entera, en trocitos, en zumos o en batidos.
Otras maneras diferentes de comer fruta es realizando una macedonia, preparando helados caseros de fruta, elaborando mermelada casera de fruta, realizando una fondue de chocolate y frutas e incluso, añadiendo frutas a la ensalada.
En la variedad está el gusto. El niño agradecerá que tenga la posibilidad de elegir, ya que de lo contrario, acabará aburrido por comer siempre lo mismo. Además, cuando el bebé comienza con la alimentación complementaria, ya se le puede ofrecer una gran variedad de frutas, siempre siguiendo y respetando la edad de introducción de las mismas.
Haz que sea divertida. Que la comida entra por los ojos es algo que sabe todo el mundo, por lo que será interesante que se elaboren platos con cierta imaginación, donde se puede conseguir que un plátano se convierta en un delfín o una pera y uvas, se combinen para formar un simpático y delicioso erizo. Además, en esta elaboración tan entretenida pueden participar los niños.
Dar ejemplo. Los niños acaban imitando todo aquello que hacen sus padres, por lo que si los padres comen fruta habitualmente, los hijos, probablemente, también lo acaben haciendo.
Sea cual sea el procedimiento que se siga para ofrecerle al niño la fruta, nunca se le ha de presionar si éste no la quiere comer, simplemente se optará por seguir probando otras maneras de dársela, así como escoger otros tipos de fruta.