Los conejos son animales muy delicados, por lo tanto, si no se les cuida de la forma adecuada y bajo unas especificaciones básicas, pueden llegar a enfermar con facilidad.
La mejor manera de saber si un conejo ha enfermado es observarlo diariamente, descartando o diagnosticando lo antes posible cualquier síntoma de enfermedad.
Los síntomas de enfermedades más comunes en los conejos son:
– Pérdida de apetito.
– Pérdida drástica de peso.
– Caída excesiva de pelo.
– Inflamaciones o bultos en la piel.
– Inflamación mamaria.
– Inclinación de la cabeza.
– Heces blandas o diarrea.
– Dificultad respiratoria, tos y estornudos.
– Suciedad en la nariz.
– Ojos llorosos o con legañas.
Para evitar que el conejo enferme y presente cualquiera de los síntomas mencionados anteriormente, es necesario llevar al día sus revisiones médicas, incluyendo en ellas las vacunas para prevenir las enfermedades más comunes y mortales en los conejos, como la mixomatosis y la hemorragia vírica; así como la prevención de parásitos mediante las desparasitaciones, tanto internas como externas.
También será necesario ofrecerle un hogar adecuado a sus necesidades, que sea cómodo, tranquilo y limpio, proporcionarle una alimentación acorde a su edad, equilibrada y rica en fibra; y unos cuidados higiénicos correctos, tanto a él mismo como a su entorno.
A pesar de todas las prevenciones que se puedan llevar a cabo, es posible que en alguna ocasión, el conejo llegue a enfermar. Si ocurriese esto, nunca se medicará al conejo por cuenta propia, sino que se acudirá, lo antes posible, al veterinario especialista en animales exóticos para que lo examine y determine su estado clínico. Una vez que se conozca la causa de la enfermedad, y el veterinario paute el tratamiento, se adquirirán los medicamentos prescritos en la propia clínica veterinaria o en una farmacia especializada en animales.