El cultivo de Hierbas Aromáticas es una excelente alternativa para aquellas personas que se estén iniciando en el mundo de la jardinería, ya que su cultivo no resulta excesivamente complicado, y sus resultados son realmente satisfactorios.
Existen una amplia variedad de Hierbas Aromáticas, entre las que podemos destacar el Romero (Rosmarinus Officinalis), el Tomillo (Thymus Vulgaris), la Salvia (Salvia Officinalis), el Orégano (Origanum Vulgare), la Menta (Mentha Piperita), la Lavanda (Lavandula Officinalis), la Albahaca (Ocimum Basilicum), el Perejil (Petroselinum Crispum) o el Cebollino (Alium Fistulosum).
Requisitos Iniciales
Las Hierbas Aromáticas son ideales para cultivar en jardineras, lo que permitirá ubicarlas en cualquier lugar de la casa, sin embargo, necesitarán de una mayor cantidad de riego y nutrientes que si se cultivaran en un huerto.
También requieren de una gran exposición continuada a la luz solar, alrededor de 4 ó 6 horas diarias.
Riego
Lo más recomendable es realizarlo a primera hora de la mañana o al atardecer, nunca en el periodo de mayor exposición al sol, ya que podríamos quemar las plantas.
Si la Hierba Aromática va perdiendo vigor, entonces será necesario incrementar el riego, si de lo contrario, observamos signos de podredumbre, entonces tendremos que eliminar el agua sobrante mediante la aplicación de un sistema de drenaje, como por ejemplo, la colocación de arcilla o cerámica en el fondo de la jardinera.
Abono y Fertilización
Las Hierbas Aromáticas suelen abonarse poco para no perjudicar su aroma. Si el cultivo se ha realizado en una jardinera, se fertilizarán una vez al mes, disolviendo abono líquido en una regadera y aplicándolo durante el periodo de crecimiento.
En caso de que el cultivo se realice en un huerto, se fertilizarán una vez al año, en invierno si el abono es orgánico, y en primavera u otoño si el fertilizante es químico.
Acolchado (Mulching)
Consiste en recubrir la base de las Hierbas Aromáticas con cortezas de pino, paja, mantillo, plástico negro, grava o materiales similares.
Esta técnica resulta enormemente beneficiosa, ya que permiten conservar la humedad en el suelo, evitan la aparición de malas hierbas, y durante su descomposición proporcionan humus al suelo, y además, pueden resultar enormemente estéticos a la vista.
Eliminación de Malas Hierbas
Si después de haber aplicado el acolchado de la tierra, observamos la aparición de malas hierbas, es decir, que las raíces de las Hierbas Aromática se sobre-expandan y ataquen al resto de plantas, entonces, deberemos no sólo atajar directamente dicho problema, sino también, evitar que vuelva a producirse.
Para ello, realizaremos unas cuantas cavas durante el año, mediante las cuales, no sólo podremos romper la costra superficial del terreno, sino que también, facilitaremos su aireado, su mullido, y por supuesto, acceso directo a las malas hierbas para proceder a su eliminación.