Cataluña se verá obligada a cumplir una serie de duras condiciones para poder acceder a los 5.023 millones del rescate financiero que ha solicitado al Estado español. Bruselas exige la supresión de embajadas y de organismos públicos, además de un profundo recorte en su Tv autonómica, TV3.
“Hemos decidido acudir al Fondo de Liquidez Autonómica pero no aceptaremos intrusiones políticas“. De este modo anunció el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, la petición de rescate financiero a Cataluña.
No obstante, a pesar de dicho discurso, el Gobierno de Artur Mas se verá más que obligado a acatar unas determinadas exigencias que la UE ya se ha encargado de transmitir a España como condición de obligado cumplimiento.
Según comentó un alto cargo de Bruselas, “la Comisión ya ha transmitido a Madrid un importante paquete de medidas que deberá cumplir el Ejecutivo catalán para poder acceder a los 5.023 millones de la ayuda que han solicitado“.
Como ya se encargó de anticipar el pasado miércoles, el portavoz de Asuntos Económicos de la UE, Simon O’Connor, “el rescate financiero es más bien un préstamo que está sujeto a estrictas exigencias presupuestarias, y a un compromiso firme de reducción del gasto público para este curso y los sucesivos“.
Una de las principales exigencias de la Comisión Europea, y que el Gobierno de Rajoy deberá comunicar a Artur Mas para que la cumpla, será la supresión de organismos públicos dependientes de la Generalitat, ya que en opinión de Bruselas, “los gastos producidos anualmente por estos entes autonómicos resultan insostenibles y es lo primero que se debe cambiar“.
Tras confirmarse la petición de rescate por parte de la Generalitat catalana, Mariano Rajoy anunció que mantendría una reunión con Artur Mas el próximo día 20 de septiembre para “escuchar” su proyecto de pacto fiscal independiente.
A pesar de los avisos del presidente del Gobierno, que ya advirtió al dirigente autonómico de la “compleja dificultad” de establecer un régimen fiscal distinto en la región, en el seno de la UE no se ha recibido con especial agrado la postura aperturista y dialogante de Rajoy, respecto a dicha reivindicación.
Desde Bruselas no acaban de entender que, por un lado, se intente preservar el Estado de las Autonomías y por otro, se fomente la creación de una hacienda propia para Cataluña.
“Tal y como se encuentra la economía española, la garantía del sistema de solidaridad económica territorial era el único punto positivo del Estado autonómico, y ahora parece que también se desea cambiar“.
Conozcamos ahora más en profundidad, el paquete de medidas de recorte exigidas por Bruselas para que Cataluña pueda acceder al rescate.
Bruselas ha diseñado una lista muy concreta con las condiciones que exigirá a Cataluña para ayudarla a “tapar el agujero” provocado por las entidades e instituciones dependientes de la Generalitat, cuyo obligado cumplimiento resultará ser ineludible para la concesión de los 5.023 millones del rescate. Son las siguientes:
Eliminar las embajadas internacionales. En opinión de la UE, Cataluña deberá eliminar las casas de representación exterior que actualmente tiene repartidas por el mundo. A día de hoy, la Generalitat mantiene operativas 34 de estas embajadas, y además, existía un proyecto para inaugurar tres más en China, Sudamérica y Casablanca.
Aligerar los medios de comunicación públicos. Televisió de Catalunya, grupo audiovisual autonómico, el cual, reúne un total de ocho canales: TV3, TV3CAT, Canal 33, Canal 324, Esport 3, Canal Super3, Canal 3XL y TV3 HD, podrá mantener únicamente 3 canales, aquellos que resulten ser los más rentables. Además, el mantenimiento del canal principal, TV3, deberá sufrir un profundo recorte presupuestario en el que será necesario reducir el número de empleados.
Supresión de empresas públicas. Actualmente, Cataluña dispone de más de 210 empresas públicas, tras haber cerrado hace tan sólo un año un total de 64, no obstante, la deuda causada por dichas entidades supera los 7.000 millones de euros, lo que ha suscitado que Bruselas exija la eliminación de, por lo menos, un 50 % de estas empresas, además del correspondiente recorte de personal en cada una de ellas. Por otro lado, también se exigirá a Cataluña la reducción parcial o definitiva de subvenciones a empresas privadas con las que tuviera firmado convenios de colaboración.
Reforma de la administración local. Desde la UE llevan tiempo solicitando una reestructuración de la administración general del Estado, que se empezará a aplicar con la Generalitat de Cataluña. Concretamente, se pedirá al Ejecutivo de Rajoy que comunique a Cataluña la necesidad de redimensionar su estructura a nivel autonómico, suprimiendo corporaciones que generen duplicidades.
Además de estas medidas específicas para la Generalitat, la UE también exigirá al Gobierno de Rajoy una medida sin precedentes conocidos, que supervise personalmente las cuentas catalanas, para así poder garantizar el cumplimiento del objetivo de déficit del 1,5 % para este año.
De este modo, estas serán las nuevas competencias que aplicará el Estado para controlar a Cataluña:
Supervisión y aprobación de las cuentas públicas catalanas. El Gobierno revisará exhaustivamente el plan de ajuste que deberá presentar la Generalitat en un plazo de 15 días, en los que deberá garantizar los objetivos de estabilidad y deuda pública, además de un plan de tesorería donde se incluyan todas las previsiones de inversión del Gobierno autonómico. Artur Mas y su equipo económico deberán enviar un informe mensual sobre el proceso de cumplimiento de ambos planes.
Gestión de la facturación pública catalana. El Ministerio de Hacienda gestionará el gasto público en Cataluña y la elaboración de Presupuestos de la Comunidad para el próximo año, con la obligatoriedad de dar el visto bueno a cada una de las partidas, tanto de ingresos como de gastos.
Establecimiento de la Troiska en Cataluña. En caso de que existiera riesgo de incumplimiento respecto al objetivo de déficit, el Gobierno estará obligado a establecer en Cataluña una delegación de Hacienda, a modo de “hombres de negro”, para corregir y encauzar la situación.