El vaginismo afecta ya a un 12% de las mujeres adultas españolas, según datos ofrecidos por la Sociedad Española de Medicina General. Dicho trastorno, consiste en la imposibilidad de practicar el acto sexual, a causa de la contracción involuntaria de los músculos de la vagina.
La mayoría de las causas que provocan la aparición del vaginismo resultan ser psicológicas, cuyo origen puede residir en algún episodio traumático, abusos sexuales, temor a una ETS o al embarazo.
No obstante, también existen causas físicas como foco iniciador del trastorno, como infecciones vaginales, traumas durante el parto o secuelas tras una intervención ginecológica.
Independientemente de si la mujer nunca ha sido capaz de mantener relaciones sexuales como si en alguna ocasión, sí lo ha conseguido, las pacientes aquejadas de vaginismo, deben recibir un tratamiento tanto físico como emocional.
Cabe destacar que en aquellos casos en los que se ha empleado la auto-dilatación (insensibilización sistemática), la tasa de éxito del tratamiento ha superado el 90%, por ello se recomienda, que estas mujeres practiquen ejercicios pélvicos apropiados.
También, pueden emplear dilatadores vaginales, los cuales, resultan bastante efectivos tanto para mujeres que sufren problemas de vaginismo, como para aquellas aquejadas de dispaurencia (relaciones sexuales dolorosas), que hayan dado a luz de forma reciente, o se hayan sometido a intervenciones ginecológicas traumáticas.
De este modo, los dilatadores resultan bastante eficientes, ya que al permitir la combinación de piezas de diferentes dimensiones, favorecen la práctica de ejercicios de forma gradual, mientras se recupera la flexibilidad vaginal bloqueada, lo que permitirá posteriormente, una correcta penetración sin sufrir ningún tipo de molestia.
La Sociedad Española de Medicina General, ha querido señalar también otra serie de trastornos sexuales como la inapetencia sexual o falta de lívido, los cuales, se han convertido en el primer problema sexual padecido por las mujeres españolas, con unas cifras de afectación que oscilan entre el 30 y el 50% de la población femenina total.
A estos trastornos, le siguen el vaginismo que, como ya comentamos anteriormente, afecta al 12% de las mujeres y la dispareunia (dolor durante la penetración), que también afecta al 12%.
Por último, la anorgasmia (ausencia o insuficiencia de orgasmo sexual), afecta del 10 al 40% de las españolas, porcentaje que varía en función de la franja de edad estudiada.