El Laurel (Laurus Nobilis) es una planta que se desarrolla en ambientes húmedos y sombríos, que puede alcanzar una altura de hasta 10 m, y que presenta multitud de propiedades y beneficios terapéuticos para el organismo, tanto para sanar afecciones como para aliviar dolencias.
El Laurel es muy efectivo para calmar dolores en músculos, huesos y tendones provocados por la artritis, el reuma, la tortícolis, la lumbalgia, las lesiones musculares o los golpes en articulaciones y huesos.
También es una excelente alternativa para aliviar problemas estomacales y digestivos, ya que no sólo estimula la aparición del apetito, sino que también, favorece la digestión, mejora el tránsito intestinal e incluye un efecto diurético que ayuda a la eliminación de líquidos, y un efecto carminativo, que evita la acumulación de gases en el aparato digestivo.
En este caso, el Laurel se ingeriría mediante una infusión, vertiendo hojas secas de la planta en agua hirviendo.
Del fruto del Laurel se extrae su aceite esencial, el cual, resulta muy efectivo para sanar hematomas por contusiones, abscesos, irritaciones cutáneas producidas por hongos o dolores reumáticos, así como estabilizador y analgésico natural contra los dolores menstruales.
Por último, podemos destacar las propiedades antisépticas y expectorantes del Laurel, lo que le permite ser un excelente remedio para las dispepsias atónicas (deficiencia en la musculatura intestinal y estomacal) y las infecciones de faringe o bucales.
Resulta fundamental aclarar la importancia de saber preparar una infusión de Laurel de forma adecuada, ya que se puede caer en el error de pensar de que a mayor cantidad de Laurel, mayor efecto producirán sus propiedades sobre nuestras dolencias, sin embargo, un infusión excesivamente concentrada puede llegar a provocar vómitos, náuseas o irritación de las mucosas gástricas, por lo que su consumo no es recomendable en aquellas personas que padezcan gastritis, úlceras estomacales e intestinales o presenten un estómago sensible.