La inversión en compra de viviendas en el mercado inmobiliario extranjero, en aquellos países sin burbuja inmobiliaria, es actualmente una de las mejores oportunidades de inversión para obtener rentabilidades cercanas al 7%.
El precio medio de las viviendas adquiridas por españoles en el extranjero ronda los 200.000 euros, una cantidad que no siempre es accesible, sin embargo y para esos casos, también se están empezando a generaliza los “planes de pensiones” alternativos, que consisten en adquirir una vivienda al 4,5% de interés, lo que años más tarde permite venderla entre un 5 y un 7%, obteniendo un beneficio considerable.
Este tipo de inversiones está dirigido principalmente a grandes fortunas o corporaciones que desean obtener un mayor rendimiento de su capital, superior al que puedan obtener aquí en España, sin embargo, las agencias inmobiliarias también están intentando aproximarse a clientes de clase media-alta que no pasan dificultades, que desean rentar su capital pero que no confían en el mercado inmobiliario nacional.
En referencia a la localización geográfica de las inversiones, el Centro y Norte de Europa se está convirtiendo en el centro de las adquisiciones, en países como Croacia, Bélgica, Hungría, República Checa, Bulgaria o Rumanía, se puedan adquirir auténticas gangas inmobiliarias a bajo precio.
Países como Suiza y Austria destacan por encima del resto debido principalmente a su fiabilidad, ya que dado a las limitaciones de suelo edificable, resulta muy complicado el desarrollo de una burbuja inmobiliaria autóctona que desplome los precios en un futuro, además, permite combinar no sólo una inversión a largo plazo sino también un lugar vacacional o una fuente de ingresos extra mediante el alquiler vacacional.
En resumen, la mejor opción sería invertir en países pequeños políticamente estables del centro de Europa y que facilite la adquisición de inmuebles residenciales.