Si tenemos pensado irnos de viaje durante unos cuantos días, lo mejor es que dejemos a nuestra tortuga al cuidado de alguien de confianza, ya que el cambio de rutina que supone el viaje puede generar un nivel de estrés excesivo para estos animales, el cual, puede tener gran repercusión sobre su salud.
No obstante, si no tenemos a nadie con quien dejarlas y decidimos llevárnoslas con nosotros, es fundamental que tengamos en cuenta una serie de recomendaciones antes de comenzar el viaje.
Viaje en coche
Si optamos por viajar en coche, deberemos buscar un lugar donde no expongamos a nuestra tortuga a la luz directa del sol, ya que como le sucede a todos los reptiles, el calor le produce un efecto estimulante que la empujará a moverse de un lado para otro del auto, lo que puede representar un problema para nuestra seguridad, sobre todo si disponemos de más de una tortuga.
En este caso, lo más recomendable será colocarla en un recipiente y cubrirla con un paño que la tape y que no permita que entre la luz, de este modo permanecerá más tranquila y sufrirá menos estrés.
También deberemos tener cuidado con el climatizador, ya que debido al estrés del viaje, un cambio de temperatura puede provocar que enferme.
Viaje en avión
Si decidimos viajar en avión, deberemos tener en cuenta que una vez en el vuelo, la atmósfera se vuelve muy reseca, por lo que es más recomendable transportar a nuestra tortuga en una pequeña pecera, a la que hayamos añadido un poco de agua para evitar que se deshidrate.
Selección del horario
Por último, si tenemos la posibilidad de escoger el horario del viaje, lo mejor es salir temprano por la mañana, cuando todavía se encuentre durmiendo o prácticamente se acabe de despertar, momento en el que su metabolismo será mucho más lento.