Es un hecho que la mayoría de los niños mienten en mayor o menor medida, por lo tanto, conocer las causas que les llevan a mostrar esta conducta resulta fundamental para saber cómo actuar.
Que el niño mienta antes de los 5 años, no resulta preocupante, ya que suele ser fruto de su imaginación, sin embargo, a partir de los 7, sí que lo es, pues el pequeño ya es capaz de distinguir perfectamente entre verdadero y falso, y por lo tanto, si miente, lo hace siendo totalmente consciente de lo que significa la mentira.
Por qué miente el niño
Veamos a continuación algunas de las principales causas que llevan a un niño a mentir en repetidas ocasiones a sus padres:
– Por miedo a las posibles consecuencias de sus acciones.
– Para proteger a alguien.
– Porque es muy imaginativo y la verdad le resulta aburrida.
– Para evitar realizar una tarea que no le gusta hacer.
– Por la búsqueda de aprobación, tratando de no decepcionar a sus padres.
– Por imitación, en caso de que alguno de sus padres o familiares utilicen la mentira como recurso habitual.
Conociendo las causas por las que miente nuestro hijo, seremos capaces de establecer las medidas adecuadas para que no se repita la situación.
Cómo actuar cuando el niño miente
Una vez hayamos detectado el motivo por el que el niño ha decidido mentir, deberemos actuar en consecuencia, para lo cual, podremos seguir las siguientes recomendaciones:
Dar ejemplo. Los padres deben ser un buen ejemplo para sus hijos y no mentirse entre ellos o al propio niño.
En función de las capacidades evolutivas del niño, será conveniente buscar el modo de enseñarle las bondades acerca de la honestidad, tratando de que comprenda las consecuencias de sus mentiras.
Premiarle cuando confiese la verdad. En este caso, habrá que explicarle no sólo que mentir no está bien, sino que el hecho de decir la verdad, supone una recompensa para él.
Favorecer un ambiente de confianza. Debemos intentar no crear un ambiente de autoridad muy estricto, donde el pequeño sienta pánico cuando hace algo malo y tenga que verse obligado a mentir para evitar represalias.
En este caso, el castigo por mentir sólo deberá emplearse en casos extremos, en aquellos donde la comunicación no solucione el problema, y el niño muestre una actitud de mentira compulsiva, lo que irremediablemente obligará a acudir a un especialista que pueda tratarlo de forma más profesional.