Cómo tratar la falta de apetito en mi tortuga

Por norma general, las tortugas suelen tener un gran apetito que les hace devorar toda aquella comida que se les ponga por delante. Por esa razón, resulta especialmente significativo si de repente comienzan a mostrar falta de apetito, comen menos de lo habitual, o dejan sin probar la comida que les facilitamos.

Este comportamiento anómalo puede tratarse de un síntoma de una enfermedad, o bien, deberse a cambios bruscos en su entorno.

Veamos a continuación las principales causas que suelen provocar esta falta de apetito en las tortugas:

Cambios de temperatura ambiental

Los cambios en la temperatura ambiental pueden provocar que nuestra tortuga deje de comer, sobre todo en invierno, cuando hibernan y dejan de comer durante 3 ó 4 meses. Al tratarse de un proceso natural, no tenemos razón por la que preocuparnos.

Modificar la localización del acuario

Si por cualquier razón, decidimos modificar el lugar en el que hasta ese momento se encontraba el acuario de nuestra tortuga, este cambio puede llegar a provocar un shock en el animal del que tardará en recuperarse algunos días, durante los cuales, dejará de comer. Si todo va bien, pasados esos 3 ó 4 días, la tortuga volverá a recuperar su apetito normal.

Ausencia de variedad en la dieta

Si siempre le estamos dando de comer lo mismo, con el tiempo, la tortuga se cansará de notar siempre el mismo sabor y dejará de comer. En este caso, será suficiente con introducir pequeñas variaciones en su dieta para que recupere el apetito normal.

Parásitos

Determinados parásitos que afectan a las tortugas pueden provocar la falta de apetito, por lo que es aconsejable desparasitarlas de forma regular.

Dolencias y afecciones

Las tortugas, al igual que los humanos, pueden padecer diversas dolencias y afecciones que provocan la falta de apetito, como por ejemplo, enfermedades del aparato digestivo o estreñimiento crónico.

De cualquier modo, si pasados 2 ó 3 días observamos que nuestra tortuga no ha recuperado su apetito habitual, será obligatorio que acudamos al veterinario para que descarte la existencia de cualquier enfermedad, y así evitar posibles carencias nutricionales derivadas del tiempo que nuestra mascota ha pasado sin comer.