Lo primero que debéis saber es que la intolerancia a la lactosa está presente en aquellas personas que no son capaces de digerir la lactosa, lo que también sucede en los bebés.
La lactosa es uno de los azúcares principales que está presente en la leche y en otros productos lácteos, como por ejemplo, los helados y los quesos blandos.
El problema radica en que la gente intolerante a la lactosa no produce suficiente “lactasa”, una enzima natural elaborada en el tracto intestinal y que es responsable de digerir la lactosa, por lo tanto, cuando no se produce suficiente lactasa, el organismo no digiere la lactosa ingerida (en los lácteos) y ésta se acumulará en los intestinos provocando gases, inflamación estomacal, retortijones y diarrea severa.
Es posible que muchos de vosotros confundáis la intolerancia a la lactosa con la alergia a la leche, y es que a pesar de presentar síntomas en común, son trastornos completamente distintos, ya que la intolerancia a la lactosa es un problema digestivo, mientras que en la alergia a la leche interviene el sistema inmunológico, por lo tanto, existen diferentes pruebas para detectar cada una de ellas.
¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia a la lactosa?
– Inflamación estomacal.
– Náuseas.
Estos síntomas se manifestarían entre 1 y 2 horas después de haber ingerido alimentos que tuviesen lactosa, como por ejemplo, la leche materna.
¿Cómo saber si vuestro hijo sufre de intolerancia a la lactosa?
Una de las formas más eficaces de saber si vuestro hijo tiene dificultad para digerir la lactosa, consiste en que retiréis todos los productos lácteos de su dieta durante 2 semanas, y observar si los síntomas que creíais que se correspondían con esta afección, desaparecen.
Pasado ese tiempo, ir introduciendo, poco a poco, pequeñas cantidades al día de productos lácteos para comprobar si los síntomas reaparecen.
Esta técnica puede resultar algo complicada de llevar a cabo, ya que existen multitud de alimentos y productos preparados que contienen lactosa, y por tanto, puede resultar prácticamente imposible saber cuáles la tienes y cuáles no.
Por lo tanto, si observáis que lo síntomas persisten, como siempre, os recomendamos que acudáis a vuestro pediatra para que lo examine, o incluso, que lo derive a un especialista para que le haga las pruebas correspondientes.
¿Cuáles son los tratamientos más efectivos contra la intolerancia a la lactosa?
Antes de nada, debéis saber que la intolerancia a la lactosa no tiene cura, por lo tanto, el único remedio eficaz es la prevención, la cual, podréis llevarla a cabo, tal y como hemos mencionado anteriormente, introduciendo cambios en su dieta:
– Eliminando productos con altas cantidades de lactosa, como por ejemplo, la leche materna, sustituyéndola por leche vegetal, como puede ser la de soja o la de arroz.
– Añadiendo pastillas de lactasa (sin receta médica) antes de cada comida, las cuales, le facilitarán la digestión de estos alimentos.