Una manera de mejorar la calidad de vida de nuestros caballos consiste en realizarles un chequeo de salud rápido cada día, el cual, nos permitirá no sólo determinar su estado de salud, sino también, identificar posibles síntomas que nos indiquen si pueden estar enfermos o no.
Chequeo de las patas
Cuando un caballo está sano, siempre está de pie sobre sus cuatro patas. La articulación de las mismas le permite incluso descansar y dormir de pie, en ausencia de cualquier tipo de tensión muscular, totalmente relajado.
En estos casos, observaremos que una pata trasera se encuentra en posición de reposo, algo que resulta totalmente normal, sin embargo, si detectamos que descansa más una pata que las demás, deberemos verificar que no sufre ningún tipo de dolor o inflamación que le pueda causar una cojera a medio o largo plazo.
Chequeo de su estado de alerta
El caballo es un animal curioso por naturaleza, además, por su condición de herbívoro, siempre se encuentra alerta de todo lo que sucede a su alrededor, con los ojos bien abiertos y las orejas hacia delante.
En caso de que lo observemos apagado, con la cabeza baja y sin prestar atención a lo que ocurre a su alrededor, deberemos avisar al veterinario.
Chequeo del apetito
Al igual que sucede con la mayoría de los animales, la pérdida de apetito es uno de los síntomas más evidentes de enfermedad, por lo que deberemos estar atentos si observamos alguna variación en su conducta de alimentación.
Chequeo de su nerviosismo
Si un caballo está sano, normalmente veremos que está tranquilo, especialmente si comparte espacio con otros caballos.
Sin embargo, si lo notamos agitado e inquieto, sin ninguna causa externa que lo provoque, y además esta conducta se vuelve sistemática, probablemente esté sufriendo un cólico, algo a lo que son muy propensos, por lo tanto, deberemos avisar al veterinario.