La Leishmaniosis es una enfermedad provocada por la acción de un parásito (Leishmania), el cual, es transmitido por la picadura de un insecto, el flebótomo, que al inyectar el parásito en la sangre, éste va extendiéndose por diversos órganos del gato, provocándole lesiones y trastornos en su funcionamiento, e incluso, llegando a ocasionarle la muerte.
Así pues, la primera medida que debemos adoptar para prevenir la Leishmaniosis consiste, aunque resulte complicado, en evitar la picadura del flebótomo, insecto muy similar al mosquito, pero de menor tamaño, y que además no hacen ruido al volar, hecho que dificulta enormemente su detección.
Síntomas de la Leishmaniosis en gatos
Aunque sólo una pequeña parte de los gatos infectados por el parásito Leishmania finalmente desarrolla la enfermedad, en caso de que esto se produzca, podremos detectar la presencia de la enfermedad, observando una serie de síntomas, como por ejemplo, lesiones en la piel, las mucosas o los ojos; úlceras y costras; falta de apetito o anorexia; o fatiga y apatía prolongada.
Prevención de la Leishmaniosis en gatos
Los métodos preventivos contra la picadura de este insecto son fundamentales para evitar el contagio de la Leishmaniosis, especialmente en el caso de aquellos gatos que vivan en zonas de alto riesgo, como por ejemplo, la cuenca mediterránea.
En la prevención de la Leishmaniosis, los productos repelentes son los que proporcionan un mayor grado de eficacia y fiabilidad.
La pipeta, los collares y los aerosoles son algunos de los métodos comercializados más efectivos para proteger a los gatos de este insecto, aunque eso sí, la elección del producto debe ser siempre a recomendación del veterinario, ya que cada gato en particular responderá mejor o peor a un determinado producto.
Tratamiento de la Leishmaniosis en gatos
En primer lugar, los gatos que han padecido Leishmaniosis requieren de controles periódicos para detectar posibles rebrotes.
Aparte de estos controles, un felino que haya desarrollado la enfermedad requiere de un tratamiento veterinario específico contra el parásito y contra sus síntomas. Además, será necesario mantener su sistema inmunológico lo más activo posible para así evitar nuevas recaídas.
Por último, cabe mencionar que recientemente se ha conseguido desarrollar una vacuna contra esta enfermedad, aunque únicamente para perros.