El Síncope de Hidrocución, conocido comúnmente como corte de digestión en el agua, consiste en la pérdida de conocimiento como consecuencia del repentino impacto con el agua fría. Se trata del clásico síncope por zambullida, no demasiado frecuente aunque bastante temible, ya que suele provocar el paro cardíaco y, por lo tanto, obliga a la realización del masaje cardíaco para la reanimación.
Cómo se produce
Se considera que el Síncope por Hidrocución es una manifestación extrema del reflejo por inmersión, un fenómeno que detiene los latidos del corazón cada vez que se introduce la cabeza bajo el agua. Si dicho reflejo se produce de forma muy brusca, puede ocasionar que el corazón se detenga.
Cómo prevenirlo
Para prevenir su aparición, podemos llevar a cabo las siguientes recomendaciones:
– No tomar el sol durante mucho tiempo.
– No realizar ejercicio intenso e inmediatamente zambullirse en el agua.
– No ingerir una comida copiosa (de aquí viene la creencia de que se trata de un corte de digestión), la cual, favorecerá que la circulación sanguínea se concentré más en el aparato digestivo y, como consecuencia, llegue en menor grado a nuestro cerebro, lo que podemos comprobar fácilmente por el estado de somnolencia que suele acompañar.
– No zambullirse rápidamente en agua a baja temperatura, debido al cambio brusco de temperatura corporal a la que sometemos a nuestro organismo.
– No haber sufrido un traumatismo previo a la entrada en el agua, por ejemplo, al tirarse desde gran altura y no caer en una buena posición.
– Evitando estas acciones, reduciremos el riesgo de que se produzca un Síncope de Hidrocución prácticamente al cero.
Cómo actuar en caso de que se produzca
El primer paso es alertar a los socorristas, y si no, llamar al 112. A continuación, hay que activar lo que se conoce como “cadena de supervivencia”, la cual, mantendrá a la persona en las mejores condiciones posibles hasta que acudan los servicios sanitarios.
Para ello, el primer paso es sacarla del agua, tumbarla boca arriba en el suelo y comprobar si respira o no. Si respira, hay que colocarla en posición lateral de seguridad, esto es, ponerla de lado con la cabeza apoyada en un brazo y una pierna doblada para mantenerse en la postura.
En caso de que no respire, es fundamental comenzar cuanto antes las maniobras de reanimación cardiorrespiratoria (RCP), las cuales, consisten en una combinación de masajes cardíacos e insuflaciones (ventilación forzada por boca a boca o con algún dispositivo) para mantener la circulación de la sangre en la medida de lo posible y evitar el daño cerebral hasta que llegue el rescate.