Sin lugar a dudas, una de las etapas de la vida que más trae de cabeza a los padres es la adolescencia, ya que durante ella tiene lugar la pubertad, la cual, se caracteriza por una serie de cambios en el niño, tanto físicos como psicológicos, que resultan muy desconcertantes para los padres a la hora de afrontarlos.
Pero antes de ver cómo los padres deben prepararse y comunicarse con su hijo adolescente, conozcamos los cambios que éstos sufren, ya que de este modo se comprenderá mejor su cambio de actitud.
Cambios físicos
Con la pubertad se comienza con la segregación de ciertas hormonas, las cuales, son las responsables de todos los cambios físicos que los chicos experimentan.
Crecen y se vuelven más varoniles físicamente. Pegan “el estirón”, sus músculos se fortalecen y sus hombros se vuelven más anchos y duros.
Su voz se vuelve más grave. Entre los 13-14 años pueden aparecer alternancias en su voz entre un tono agudo y grave, hasta que ésta se estabilice por completo.
Aumento de los genitales. Sus testículos se desarrollan y pueden darse situaciones involuntarias, como erecciones y eyaculaciones, sin que exista un estímulo aparente para ello.
Aparición de vello donde antes no tenían. Les empieza a salir vello en la cara, en los genitales, en las axilas, etc…, y al final de la pubertad, en algunos hombres puede aparecer en el pecho.
La piel se vuelve más grasa y sudará más. En este sentido es importante que tenga una buena higiene y que empiece a usar desodorante.
Cambios psicológicos
A la vez que se dan los cambios físicos, también comienzan los cambios psicológicos, los cuales, pueden ser más perceptibles que los físicos.
Tienen la necesidad de mostrarse más viriles ante los demás, sobre todo ante las chicas.
Siguen interactuando con las chicas de manera brusca, aunque a veces lo intercalan con momentos de timidez.
A veces se sienten inseguros, rebeldes y confusos, debido a que sus impulsos van un paso por delante de su desarrollo físico.
Sufren cambios de humor debido a los altibajos hormonales, provocando en algunos casos que sean muy impulsivos.
Cómo prepararse y afrontar con mi hijo la pubertad
Hoy en día, los chicos pueden tener al alcance de su mano cualquier tipo de información, por lo que en la mayoría de los casos cuando éstos llegan a la pubertad ya saben a qué atenerse. Sin embargo y aunque intenten evitar las charlas con los padres, porque éstas les incomodan, es importante asegurarse de que tengan la información que necesitan, ya que no sabemos si sus fuentes son fiables.
Por ello es importante hablar con él, escogiendo el momento adecuado y esperando a que ambos estéis de humor y tengáis tiempo de sobra, sabiendo que nadie os va a molestar. En este caso, es aconsejable adelantarse y hablar con él antes de que llegue la pubertad, de esta manera cuando los cambios aparezcan, ya tenga una idea de lo que le espera.