Cómo prepararse para el celo de mi gato o gata

Por muy tranquilo y calmado que sea nuestro gato o gata, durante el celo observaremos como se producen multitud de cambios en su carácter y su comportamiento, por lo tanto, deberemos estar debidamente preparados, no sólo porque en algunos casos la convivencia con el animal puede llegar a ser desesperante para nosotros, sino también, porque en función de cómo nos comportemos nosotros, este periodo podrá suponer un peligro, incluso, para ellos.

Para evitar esta situación conflictiva, debemos estar preparados para dichos cambios y adoptar las medidas necesarias que nos ayuden a sobrellevarlos lo mejor posible.

El celo en las gatas

Durante el celo, el comportamiento de la gata cambia radicalmente, mostrando una serie de síntomas inequívocos:

– Maullido constante y con una intensidad mayor a la habitual.

– Llamadas de atención continuas, frotándose tanto con los muebles como con nosotros.

– Búsqueda de muestras de cariño por nuestra parte.

– Marcados de orina más frecuentes y de un olor mucho más fuerte.

Respecto a este último, cabe mencionar que el problema radica en que no sólo orinará en su caja de arena, sino que lo irá haciendo por todos los rincones del hogar, en busca de un macho que se sienta atraído por su fuerte olor sexual.

El celo en los gatos

En el caso de los gatos, éstos también muestran una serie de síntomas inequívocos de que se encuentran en dicho periodo, cuyas consecuencias pueden llegar a resultar más incómodas que en el caso de las hembras:

– Marcados de orina en todos los rincones de la casa y de mayor abundancia.

– Enfrentamientos con otros machos, lo que puede provocarle heridas a causa de mordiscos y arañazos.

El problema de este último consiste en que dichas peleas pueden provocarle el contagio de enfermedades de cierta gravedad, como por ejemplo, la leucemia felina o el síndrome de inmunodeficiencia felina, ya que ambas afecciones se transmiten por la saliva.

Así pues, una de las opciones más recomendables que nos pueden ayudar a evitar todos estos problemas, tanto para nosotros como para los animales, consiste en la castración o la esterilización, las cuales, no presentan consecuencias ni efectos secundarios graves para nuestra mascota.