Cuando un nuevo gato llega a nuestra casa y disponemos de otros ejemplares viviendo ya con nosotros, resulta necesario vigilarlos con especial atención, sobre todo, durante los primeros días, ya que de este modo, evitaremos que surjan problemas de convivencia entre ellos, algo muy habitual y que puede llegar a resulta un problema importante si no sabemos cómo atajarlo.
Así pues, si tenemos decidido adoptar un gato, es conveniente que tengamos en cuenta una serie de pautas que nos permitirán establecer una buena relación entre todos nuestros felinos desde el primer día.
Visita al veterinario
Lo primero que debemos hacer es llevarlo al veterinario para que sea adecuadamente examinado y se descarte cualquier infección que pueda transmitir a los otros gatos de la familia.
Habitación separada
Durante los primeros días de convivencia, es recomendable que el nuevo felino disponga de una habitación distinta al resto de gatos, con su propia cama, juguetes, comida, agua y arenero.
Esos días servirán para que se acostumbren los unos a los otros, pero también que todos sigan manteniendo su propio espacio.
Establecer confianza
En los primeros días también será necesario que el gato coja confianza, estrechando lazos tanto con las personas que viven en la casa como con el resto de mascotas.
En esta fase es muy importante que no le falte de nada para que pueda comenzar a confiar en los demás, especialmente si es un gato adoptado.
Uso del transportín
Para evitar peleas en el momento de las presentaciones felinas, las cuales, suelen ser muy habituales, lo ideal es utilizar un transportín para que puedan olerse y conocerse sin que exista el riesgo de una posible pelea, y así cuando lo soltemos, ya se resultarán familiares.
Presentación en brazos
Posteriormente, cogeremos al nuevo gato en brazos y se lo iremos enseñando al resto de felinos, así ya podrán tocarse y verse más de cerca. En esta fase prácticamente es como si ya estuvieran juntos, así que es muy importante conseguir que estén tranquilos y no se ocasionen peleas.