A muchos ahorradores puede que les cueste saber cómo gestionar su dinero o qué cosas debe tener claras antes de acudir a un banco a depositarlo o invertirlo.
Aquí van una serie de conceptos que deben conocerse antes de acudir a una entidad financiera para que se encarguen de nuestro dinero:
Contexto económico
Antes de aventurarse en cualquier inversión, es fundamental conocer nuestra situación financiera y patrimonial al detalle, realizando un exhaustivo balance de la situación financiera personal y del presupuesto disponible ante posibles pérdidas.
Condiciones personales
Antes de realizar cualquier inversión, independientemente del riesgo que conlleve, es fundamental que seamos conscientes de nuestras condiciones personales (edad, situación económica y laboral, necesidades, convicciones, personalidad, etc…).
Objetivos y expectativas
Es necesario establecer objetivos concretos y realistas antes de cualquier inversión, planteándonos qué deseamos obtener de la inversión (comprar un coche, una casa, planificar la jubilación, ayudar a los hijos, etc…).
Catálogo de productos financieros
Debemos establecer qué tipo de producto financiero en el que invertir se adapta mejor a nuestras posibilidades y qué ventas e inconvenientes ofrece cada uno (depósitos a plazo fijo o variable, cuentas remuneradas, fondos de inversión, etc…).
Nivel de riesgo o seguridad
Es importante tener claro nuestras preferencias de riesgo a la hora de realizar una inversión, si preferimos un mayor riesgo con una mayor rentabilidad o una mayor seguridad con una menor rentabilidad, conociendo de ante mano el nivel de riesgo que puede acarrear cada inversión en particular, cuyas pérdidas o ganancias pueden variar en función de multitud de factores externos e internos.
Posibles imprevistos
Siempre debemos tener en cuenta la posibilidad de que surjan imprevistos, por lo tanto, debemos siempre garantizar una determinada cantidad de liquidez o la posibilidad de recuperar parte de la inversión en un plazo más o menos inmediato.
Gastos de inversión
Hay que tener en cuenta también que determinadas inversiones conllevan una serie de gastos y comisiones por parte de los agentes o las entidades financieras, sabiendo de ante mano, si se puede hacer frente a dichos gastos o si compensan el balance de la rentabilidad prometida.
Deducciones fiscales
Determinadas inversiones implican determinados beneficios fiscales, como por ejemplo, los planes de pensiones, lo que supone un aliciente más para el ahorro.
Diversificación de la inversión
Es recomendable no invertir todo el capital en una misma inversión, sino ramificarlo en varias, de modo que no se depende exclusivamente de un mismo producto financiero.