La Podredumbre Apical es una enfermedad muy común que suele presentarse en suelos ácidos o mal regados, y que afecta principalmente a los cultivos de tomates.
La Podredumbre Apical es provocada por la falta de calcio en los tomates, los cuales, al estar mal regados o encontrarse en suelos ácidos, no son capaces de absorber el calcio.
Los principales síntomas que mostrará un tomate afectado por la Podredumbre Apical, consistirán en manchas marrones o negras de textura dura, hundidas hacia dentro. Estas manchas aparecerán en la base del tallo de la planta.
Para asegurarnos de cuál es la causa exacta de la Podredumbre Apical, debemos proceder a medir el pH del suelo. Si el pH resultante es ácido, estaremos ante un déficit de calcio por asimilamiento reducido de la planta, en cambio, si el pH es normal o alcalino, la causa de la ausencia de calcio se localizará en el sustrato.
Tal y como hemos mencionado anteriormente, un mal riego puede ser también una de las causas de la aparición de la enfermedad, aunque en este caso, dependería mayoritariamente del nivel de acidez o basicidad del sustrato.
Cómo tratar la Podredumbre Apical
Lo primero que deberemos hacer si detectamos que la Podredumbre Apical ha infectado a nuestros tomates, será arrancar los frutos de las plantas infectadas y aplicar un riego más abundante y continuado sobre las mismas.
Si la ausencia de calcio se debe al sustrato, deberemos añadírselo con productos específicos que podremos adquirir en los centros de jardinería, o bien, añadiendo leche en polvo sobre la tierra o compost orgánico que incluya cáscara de huevo, si queremos optar por métodos más caseros y ecológicos.