La Esclerotinia (Sclerotinia sclerotiorum) es una enfermedad de origen fúngico que produce micelios blancos algodonosos sobre las zonas afectadas de multitud de plantas distintas, lo que hace que se la denomine también, Moho Blanco.
Síntomas de la Esclerotinia
La Esclerotinia suele producir una pudrición húmeda y blanda en el tallo, así como una laminación algodonosa en las hojas y los frutos.
La infección suele iniciarse en los tallos, desde donde va avanzando hacia las raíces, lo que posteriormente afectará al funcionamiento de toda la planta, originando esclerocios (masa compacta de micelio endurecido) de color negro, así como de forma y tamaño variado, que recubren los órganos afectados.
Cómo evitar el desarrollo de la Esclerotinia
Aunque resulta complicado evitar la aparición de la Esclerotinia, sobre todo en los ambientes cálidos y húmedos, sí que podemos aplicar una serie de medidas para evitar que este hongo se desarrolle por completo:
– Seleccionar un suelo que disponga de un buen drenaje, que sea de textura liviana y que no presente un alto contenido de materia orgánica.
– Ventilar adecuadamente los cultivos, evitando altas densidades de plantación.
– Evitar el contacto de las hojas basales con el suelo, ya que esto sólo favorece la posibilidad de que se cree un microclima húmedo, el cual, facilite las pudriciones.
– Evitar heridas abiertas de las plantas, las cuales, favorecen el acceso de las esporas del hongo al interior de la planta.
– Evitar la fertilización excesiva con Nitrógeno, la cual, favorece la formación de tejidos receptivos para el desarrollo de enfermedades.
– Si la Esclerotinia afecta a la inflorescencia de la planta, debe eliminarse el tejido infectado y aplicar cal sobre el mismo. En este sentido, cabe mencionar que las plantas enfermas deben ser arrancadas y depositadas en una bolsa plástica para no diseminar las esporas por el resto de ejemplares.