En contra de la creencia tradicional acerca de que los peces que viven en acuarios y peceras no están expuestos a enfermedades debido a que residen en un entorno controlado, debemos saber que nuestras mascotas acuáticas sí que están en contacto con infinidad de bacterias, las cuales, pueden llegar a ocasionarle multitud de problemas para su salud.
Entre estos problemas destaca una curiosa enfermedad llamada del Punto Blanco, la cual, se puede detectar fácilmente en los peces observándolos con un poco de atención.
Esta enfermedad es el resultado que provocan unas bacterias llamadas “Protozoos Ciliados”, los cuales, se generan en el agua del acuario o de la pecera.
Se adhieren a la piel de los peces y producen unos puntos blancos que pueden variar de tamaño, y cuyo aspecto se torna en forma de costra, causando en el pez un malestar que le obliga a rozarse contra los objetos del acuario, para así poder aliviarse.
En este sentido, es necesario observar detenidamente a los peces para detectar la presencia de dicha enfermedad, la cual, se propaga por la piel y puede llegar a afectar a las aletas y a las agallas, debilitándolas y haciendo que otras bacterias infecten a nuestro pez.
Además de las constantes molestias, puede que la enfermedad del Punto Blanco cambie el comportamiento de nuestro pez, haciéndolo parecer más inquieto y nervioso de lo habitual. De este modo, lo veremos nadar a un ritmo inusual y dándose golpes contra las paredes del acuario.
Así pues y aunque esta enfermedad no suele ser la más habitual entre los peces, el hecho de que se propague con facilidad debe hacer que observemos con cierta frecuencia el aspecto y el comportamiento de nuestros peces, sobre todo en los casos donde convivan un gran número de ellos.