Las tortugas de tierra son animales ideales para la vida doméstica, ya que presentan un carácter tranquilo, así como un modo de vida pausado, perfecto para los más pequeños de la casa.
No obstante, mantener una tortuga de tierra no es tan sencillo como cuidar de una tortuga de agua, ya que requieren de más cuidados y atención por nuestra parte. Aunque pueden tenerse en el jardín, también pueden buscar acomodo dentro de la casa, siempre y cuando le proporcionemos un hábitat adecuado.
Elaboración del tortuguero
El tortuguero puede adquirirse tanto en una tienda de animales cualquiera, como en determinadas webs de Internet, o bien, podemos construirlo nosotros mismos, siempre teniendo en cuenta el tamaño de nuestra tortuga, por lo tanto, las medidas mínimas aconsejables serán de 100 x 50 x 30 cm.
Eso sí, lo construyamos nosotros o no, las paredes deberán ser de cristal para permitir el paso de la luz, algo fundamental para el desarrollo del ciclo vital de las tortugas. Además, de esta manera tendremos la posibilidad de observar todos los movimientos de la tortuga y comprobar si nuestra tortuga necesita agua o alimento.
En verano se recomienda mantener el techo abierto, mientras que en invierno es mejor cerrarlo, ya que al ser la tortuga de tierra un animal de climas cálidos, las temperaturas bajas afectarán negativamente a su salud.
Lámparas para el tortuguero
Si nuestra tortuga es recién nacida, será necesario instalar una lámpara de calor en el interior. Además, si el tortuguero está situado en un lugar frío, también será fundamental instalar lámparas que permitan mantener una temperatura constante de 29oC, así como un ambiente medianamente húmedo.
Tipo de tierra y bebederos del tortuguero
Respecto al sustrato del suelo, se puede elaborar con cortezas, arena o mantillo. Además, debemos tener en cuenta que las tortugas de tierra requieren de bebederos poco profundos y anchos para poder lavarse y beber.