La adicción a Internet es una preocupación cada vez más frecuente entre los padres de los adolescentes que ven cómo sus hijos pasan excesivo tiempo navegando por la web, dejando de lado otras actividades. Y es que, al parecer, se trata de un problema real, conocido bajo el nombre de “Desorden de Adicción a Internet”, el cual, padecen un número cada vez mayor de adolescentes en todo el mundo.
Síntomas de la adicción a Internet
Aunque no existe un número de horas que determine si nuestro hijo es adicto o no, sí existen algunos síntomas que pueden indicarnos la existencia de dicho problema:
– Cambios en los hábitos cotidianos, como por ejemplo, dormir menos para poder disponer de más tiempo para conectarse.
– Descuido de la salud y ausencia de actividad física.
– Rechazo a otras actividades de ocio.
– Pérdida de contacto social físico.
– Absoluta concentración en la pantalla, ignorando lo que sucede a su alrededor.
– Muestra de irritabilidad por ser interrumpido.
– Miente a su entorno sobre la cantidad de tiempo pasado jugando en Internet.
En caso de que empecemos a detectar varios de estos síntomas de forma habitual, deberemos prestar especial atención a:
– El tiempo que pasa conectado a Internet, sin que sea necesario.
– La frecuencia con la que se conecta.
– Los motivos por los que afirma conectarse.
– La actitud que muestra cuando se le molesta (irritabilidad, ansiedad, etc…).
– La actitud que muestra mientras está conectado (absorto, muy concentrado, ansioso, etc…).
Así pues, y una vez se confirmen nuestras sospechas de que nuestro hijo puede ser adicto a Internet, deberemos actuar de forma inmediata.
Cómo actuar ante la adicción a Internet
Como padres podemos aconsejar a nuestro hijo, y en caso de que sea necesario, adoptar medidas de prohibición total o parcial, aunque siempre como última solución, pues no debemos olvidar la rebeldía propia de esta edad.
Algunas de estas alternativas a adoptar antes de la prohibición pueden ser:
– Establecer ciertos límites, los cuales, no podrán sobrepasarse sin expreso consentimiento nuestro.
– Explicar los riesgos que suponen para su desarrollo aislarse del mundo en favor de Internet.
– Informarse sobre el tema, consultando con especialistas o psicólogos.
– Establecer prioridades y responsabilidades en relación a las actividades de la vida cotidiana.
Por último, cabe recordar que las adicciones son difíciles de romper, y todavía más cuando no se tiene otra cosa que hacer. Por ello, debemos reemplazar ese tiempo que dedica a Internet con otras actividades, sobre todo cualquiera que fomente el contacto con gente de su edad y le haga salir de casa. Los deportes o actividades al aire libre son una buena opción, al igual que los idiomas, las manualidades o los hobbies.