Cómo detectar y eliminar las enfermedades de los Árboles Frutales

Los Árboles Frutales son una excelente opción de cultivo para nuestro huerto, sin embargo, es importante tener en cuenta que son muy susceptibles de contraer diversas enfermedades, por lo que es fundamental aprender a identificarlas a través de sus síntomas, y posteriormente, aplicarles el tratamiento adecuado.

Hongos

Si aparece moho o manchas marrones y negras tanto en la fruta como en las hojas, las cuales, también se volverán rizadas, entonces estaremos ante la presencia de hongos.

Para poder tratarlo, tendremos que podar tanto el Árbol Frutal infectado como aquellos que se encuentren más próximos a él, además de retirar todas aquellas frutas que muestren también síntomas, para así evitar que las esporas se propaguen.

La aplicación de fungicidas en todas las zonas infectadas, sumado a un riego moderado que reseque levemente el Árbol Frutal, serán las soluciones más aconsejables para acabar con los hongos.

Bacterias

Si aparecen verrugas en las raíces y manchas verdes o blanquecinas que se van oscureciendo con el tiempo, entonces estaremos ante la presencia de una infección bacteriana.

Al igual que en el caso anterior, podaremos las zonas afectadas del Árbol Frutal y aplicaremos un fungicida de cobre.

Insectos

Los principales insectos que atacan a los Árboles Frutales, son la Mosca de la Fruta y los Ácaros Rojos, ambos suelen aparecer en primavera y tras picar la fruta, deposita sus huevos para que finalmente acabe con todo el árbol.

El método más efectivo para acabar con éstos, son los insecticidas, donde recomendamos aplicar insecticidas ecológicos o remedios caseros que no perjudiquen gravemente el Árbol Frutal durante el proceso de eliminación de la plaga.

Virus

El problema de las plagas de insectos no se termina con su eliminación, ya que estos suelen traer consigo determinados virus que infectan el Árbol Frutal, que sobreviven a los insecticidas y que pueden ocasionar la muerte del ejemplar.

El síntoma más evidente que podemos observar en una infección vírica, es que la textura de la corteza se reblandezca o comience a desprenderse.

La poda de los brotes al final del verano, evitará que pueda extenderse la infección, así como la retirada de frutos y hojas caídas que estén ya enfermas, ya que lo único que harán será atraer insectos que propaguen el virus a otros cultivos.