El cansancio, la tos o la dificultad para respirar pueden ser los primeros síntomas de algún problema cardíaco en nuestra mascota. Por supuesto, es fundamental controlar la salud cardíaca, ya que una simple hipertensión puede derivar en un edema, y por lo tanto, la vida de nuestro perro podría correr peligro.
Para evitar que nuestro perro padezca problemas de corazón, es imprescindible proporcionarle una alimentación equilibrada, ejercicio diario y un estilo de vida saludable. Concretamente, uno de los factores de riesgo de este tipo de afecciones, es el sobrepeso.
Si pensamos que nuestra mascota puede padecer problemas en el corazón, deberemos acudir inmediatamente al veterinario para que le practique un examen cardiaco, y de este modo, observar si tiene soplos o el ritmo cardiaco alterado.
No obstante, para poder identificar la presencia de un problema cardiaco en nuestro perro, debemos tener claros los síntomas.
Síntomas de problemas cardiacos en perros
En este caso, deberemos estar atentos a si nuestro perro se fatiga en exceso al realizar ejercicio, ya sea paseando o jugando.
La tos intensa y prolongada puede ser también un indicativo de que el perro padece alguna dolencia en el corazón.
En caso de que tengamos dudas, es recomendable medirle las pulsaciones para así poder establecer con anticipación una posible insuficiencia cardiaca, y en caso positivo, acudir al veterinario ante cualquier sospecha.
Perros más propensos a padecer problemas del corazón
Debemos tener en cuenta que existen razas de perros que son más propensas a padecer problemas de corazón, como por ejemplo, los canes pequeños, cuyo metabolismo es más acelerado que el de los canes de gran tamaño, y donde sus válvulas coronarias tienden a sufrir un excesivo desgaste.
Respecto a los perros de gran tamaño, suelen padecer microcardiopatías debidas a una condición en el músculo del corazón, que afecta al ritmo del latido.