En el siguiente artículo vamos a ver cómo conseguir un efecto oxido para decorar distintos elementos de nuestro jardín.
Este método consistirá en teñir una superficie con sulfatos de hierro, tal y como sucedería de forma natural.
Cómo oxidar superficies de hormigón
Primeramente deberemos mezclar en un recipiente, agua y sulfato de hierro, hasta que éste último se haya disuelto completamente, obteniendo así una solución salina.
Al principio, al aplicar el agua con la mezcla, el color que obtendremos resultará naranja. Esto será debido al exceso de sal de la solución, que al secarse, adquiere dicho color.
A continuación, iremos aplicando el agua con la sal obtenida por aquella superficie que deseemos decorar, de tal modo que cuando entre en contacto con el aire, comenzará a oxidarse, fijándose el tinte de óxido a la superficie de hormigón.
Para la correcta aplicación del producto, será necesario hacerlo de forma progresiva, es decir, lavando la superficie, y al ir lavándola, frotar con un cepillo, con lo que conseguiremos ir eliminando ese exceso de sal. Al eliminar el exceso de sal, el teñido de óxido se irá agudizando, hasta que el exceso de sal desaparezca y se quede la superficie del muro completamente teñida.
Dicho proceso habrá que repetirlo cada 3 años, para así conservar el efecto de óxido.
A este respecto, habrá que tener mucho cuidado a la hora de realizar este trabajo, ya que hasta que no se libere todo el exceso de sal de la superficie, el teñido puede trasladarse y manchar la ropa, la cual, resulta muy difícil de lavar posteriormente, de ahí que se recomiende emplear ropa vieja durante todo el proceso.
En resumen, si lo que buscamos es un efecto óxido para decorar alguna zona o superficie de nuestro jardín, esta alternativa resulta muy ornamental y sencilla de llevar a cabo.