Muchos niños no toleran ser corregidos cuando los padres les regañan o castigan, mostrando una conducta mucho peor, ya sea protestando, o bien, cogiéndose berrinches. En estos casos, los padres no saben cómo actuar, y en la mayoría de los casos, para que el niño deje de llorar, acaban por complacerle.
Este hecho es un error muy común, ya que con ello sólo se consigue que el niño piense que tiene el control y con sólo enrabietarse puede conseguir todo lo que quiera.
Para evitar estas escenas, lo más recomendable es inculcar en el pequeño ciertas normas de conducta, a partir de los 12 meses de edad, para así lograr una correcta educación.
Es importante que todos los adultos que vayan a estar en contacto con el niño sigan las mismas pautas de educación, ya que de poco vale que los padres quieran marcarle ciertos límites, si después los abuelos, por ejemplo, le consienten todo lo que quiera.
Consejos para que tu hijo te haga caso
Para conseguir que un niño pequeño obedezca desde el principio, se ha de aplicar y tener claro lo siguiente:
Hay que ser consecuente con las normas de educación que se establezcan, es decir, lo que hoy está mal, también lo estará mañana, pasado, etc…
Se le ha de explicar al niño el porqué está mal que haga ciertas cosas.
Hay que desaprobar la conducta inmediatamente después de que la haya realizado, así el niño podrá relacionar el reproche de sus padres con su mal comportamiento.
Se ha de repetir aquello que queramos que aprenda todas las veces que sea necesario. En este caso, sucede al igual que cuando estamos tratando de enseñarle un hábito, se le ha de repetir hasta que lo aprenda.
Cuando se quiera que realice cierta acción, se le ha de hablar mirándole a los ojos y enseñarle lo que tiene que hacer.
Aunque estemos intentando educar al niño, la relación entre padres e hijos no ha de ser descuidada en ningún momento, por lo que los límites se han de marcar de manera consciente y objetiva.
Hay que tener mucho cuidado con el lenguaje que se emplee, evitando gritarle y emplear el “no” constantemente. Será necesario que se le pidan las cosas de una manera correcta, pero siempre, con firmeza.
Señalar que es imposible que los padres consigan que sus hijos les obedezcan en todo momento, ya que esto dependerá del propio desarrollo evolutivo del niño, sin embargo, el hecho de inculcarle ciertas normas facilitará esta tarea.