La vuelta al trabajo es una buena noticia para ti, ya que vuelves a la rutina habitual, sin embargo, esto también se traduce en una mala noticia, ya que te obliga a separarte de tu bebé, y por lo tanto, te preguntarás cómo podrás seguir amamantándolo mientras no estés en casa.
Si eres madre primeriza, te encuentras en esta situación y no sabes cómo afrontarla, aquí te damos unos consejos que debes seguir para sobrellevar la lactancia materna separada de tu bebé.
Lo principal es organizar y negociar en tu trabajo las condiciones que mejor te beneficien para poder amamantar a tu bebé. Ello dependerá del tipo de trabajo que tengas y si se encuentra muy lejos de tu casa o no. Es posible que te den un permiso para poder continuar con la lactancia materna, que te reduzcan la jornada laboral, o en casos muy excepcionales, que puedas llevar al bebé al trabajo.
A pesar de lo que puedas llegar a pactar en tu trabajo, lo más común hoy en día es que tengas que extraerte la leche y debas conservarla para que la persona que cuida de tu bebé, se la pueda dar cuando tú no estés con él.
En este caso, lo más aconsejable siempre será que si no puedes cuidar del bebé, sea el padre quien lo haga, y si éste tampoco puede, prueba a dejárselo a cargo a un familiar directo, recurriendo a una persona ajena a la familia en último caso, aunque siempre y cuando se tenga confianza en ella.
Podrás realizar la extracción de la leche de dos maneras distintas, mediante un sacaleches, o bien, de forma manual. Sea cual sea la forma que utilices para hacerlo, deberás estar preparada para cualquier situación:
Si tienes permiso para extraerte la leche en el trabajo, no tendrás problemas, bastará con que puedas hacerlo en el lavabo o en un lugar reservado. En este caso, lleva una pequeña nevera con placas de hielo, ya que así podrás conservar la leche extraída para poder dársela a tu bebé al día siguiente.
Si no te es posible utilizar el sacaleches en tu puesto de trabajo, puedes ir al baño cuando te sientas incómoda y sacarte un poco de leche de forma manual para suprimir esa molestia. Esto sólo lo tendrás que hacer los primeros días hasta que los pechos se adapten al nuevo horario.
Si tampoco te fuera posible ir al baño, cruza los brazos y apriétalos contra tus pechos, ya que así lograrás detener la subida de la leche.
Aunque al principio te resulte incómodo, no te desanimes, piensa que todo lo que haces, lo haces por el bien de tu bebé.