Una separación conyugal es una situación en la que no sólo está involucrada la pareja, sino toda familia. Los hijos ven alterada su estabilidad emocional, se sienten divididos entre el cariño de cada uno de sus padres y, en el peor de los casos, ven cómo son utilizados como arma arrojadiza en una pelea en la que los oponentes son las personas que más quieren.
En este caso, es muy importante que los padres dejen de lado sus diferencias y antepongan la estabilidad emocional de los hijos a la suya propia, a pesar de que para la pareja la situación es también muy complicada y dura, sin embargo, el principal objetivo debe ser que la familia como tal se resienta lo menos posible.
Si la situación es irreversible, y la pareja ha decidido divorciarse definitivamente, existen muchos tipos de custodia a las que se pueden optar (un año con cada progenitor, 6 meses con cada uno, una semana con cada uno, etc…), sin embargo, la custodia compartida es, probablemente, la mejor opción, ya que es la que mayor estabilidad y seguridad ofrece a los pequeños.
Además, si ambos padres viven relativamente cerca e intentan llevar una relación más o menos cordial, el proceso de separación resultará menos traumático, debido a que los hijos pueden adaptarse a esta nueva situación de un modo más progresivo.
Qué se debe hacer
Veamos a continuación cómo se debe actuar con los niños ante una situación de custodia compartida.
– Explicarles de forma clara a los hijos la situación familiar actual. Lo peor siempre es la incertidumbre.
– Insistir en que esta nueva situación no cambia el cariño que se les tiene a ellos.
– Dejarles claro que ellos no tienen la culpa de nada.
– Estar atentos a los síntomas que pueden revelar que no lo está encajando bien: trastornos del sueño, cambios de comportamiento, rabietas, agresividad, tristeza, etc…
– Intentar que expresen cómo se sienten, que no repriman sus sentimientos.
– Tratar de mantener la rutina diaria.
– Destacar cada episodio positivo del día a día.
Qué no se debe hacer
Veamos a continuación lo que nunca debe hacerse ante una situación de custodia compartida.
– Castigarles a ellos por lo que haya hecho la pareja.
– Castigar a la pareja no dejando ver a sus hijos.
– Hablar mal de la pareja delante de los niños.
– Darles esperanzas a los hijos, si no existe una posibilidad real de reconciliación.
– Manipular a un hijo en contra de la pareja.
Competir por el cariño de los hijos, satisfaciendo todos sus caprichos.