El maltrato infantil es uno de los mayores desafíos a los que se puede enfrentar un menor, ya que en muchos casos no disponen de las herramientas necesarias para hacerle frente, debido a que esta situación les aterra hasta tal punto que se ven desbordados.
Y es que, ya sea maltrato físico o psicológico, muchos niños se ven expuestos a los malos tratos en su niñez. Además, en la mayoría de esos casos dicha violencia es sufrida a diario y durante un tiempo prolongado, por lo que resulta más difícil todavía de detectar y las secuelas son aún mayores, ya que en estas situaciones, las víctimas aprenden a guardar silencio y a ir tolerando los maltratos, aceptándolos como algo normal.
¿A quién pedir ayuda?
La Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo), dispone de dos números telefónicos gratuitos, a disposición de todo el mundo durante las 24 horas del día y durante todos los días del año. Al otro lado de estos teléfonos, se encuentra un equipo de psicólogos respaldado por abogados y trabajadores sociales, y las consultas que se hagan serán totalmente confidenciales y anónimas.
– Teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes: 900 20 20 10
– Teléfono ANAR del Adulto y la Familia: 600 50 51 52
En el primero atenderán a menores que quieran contar su caso, y en el segundo, responderán a los adultos que quieran consultar si sospechan que un menor puede estar sufriendo maltrato.
¿Cómo saber si un niño puede estar siendo maltratado en su casa?
El maltrato infantil no sólo hace referencia a un maltrato físico donde se pueden observar moratones o contusiones de algo evidente, sino que también se camufla como algo mucho más difícil de detectar, el maltrato psicológico. Y es que, el maltrato psicológico y emocional es aceptado y llevado a cabo en nuestra sociedad sin conocer las terribles consecuencias que éste puede tener.
Dado que en la etapa infantil es muy difícil detectar un maltrato en el niño, se ha de estar muy receptivo para observar las señales que nos ayuden a confirmar si el pequeño sufre o no maltrato.
Si el niño presenta heridas o maratones repetidamente, viste ropa inadecuada o sucia, cambia radicalmente su manera de actuar, se fuga del colegio, o tiene un comportamiento muy infantilizado para su edad, puede que sean señales de la existencia de un maltrato.
En el caso de los padres, también se pueden observar comportamientos que nos harán sospechar de un maltrato hacia su hijo, como por ejemplo: despreocupación, desprecio o desvalorización en público, aislamiento socialmente, etc…
En estos casos, es muy importante actuar, siempre y cuando se tenga absolutamente claro que existe un caso de maltrato, ya que de lo contrario, si estuviéramos equivocados, se podría generar un daño bastante grave al núcleo familiar implicado.