China puso en órbita a las 5.58 horas de este martes (22.58 del lunes, hora española), la nave no tripulada “Shenzhou VIII”, la cual, será la primera del gigante asiático que se acoplará a otra previamente lanzada y que configurarán la primera estación espacial permanente del país.
De este modo, la octava nave de la saga “Shenzhou” (término que en chino significa barco divino) se unirá al “Tiangong I” (palacio celestial), un módulo de laboratorio espacial que órbita próximo a la Tierra desde su lanzamiento producido el pasado 29 de septiembre.
En 2012, tanto la novena como la décima nave integradas en la serie “Shenzhou” también se acoplarán a la estación permanente y, por lo menos una de ellas, irá con tripulación a bordo.
Los medios del país asiático han especulado además con la posibilidad de que el próximo año, en una de esas naves tripuladas, viaje la primera mujer astronauta de China.
Con este programa, China, el tercer país que puso un astronauta en el espacio, pretende realizar una muestra de poderío económico al mundo, demostrando que está preparada tecnológicamente para trabajar en bases espaciales permanentes en el cosmos, a pesar de las reticencias de potencias como EEUU a que el gigante asiático participe directamente en el desarrollo de la Estación Espacial Internacional.
Cabe destacar que Alemania también ha querido participar en el proyecto del Shenzhou VIII, con la realización de 17 experimentos espaciales, lo que ayuda a constituir, el primer plan de cooperación espacial chino en el ámbito de la microgravedad y la vida en el espacio.