El Champiñón (Agaricus Bisporus), a pesar de lo que se pueda pensar, es un cultivo fácil de sembrar que podemos realizar en nuestra propia casa, si conseguimos proporcionarle todas las necesidades que precisa para su desarrollo.
El cultivo del Champiñón ha de realizarse en lugares oscuros, frescos y con mucha humedad, es por ello, que se suele llevar a cabo en bodegas, sótanos, cocheras, e incluso, en alguna habitación que no utilicemos.
Hoy en día, podemos adquirir cajones ya construidos para este fin, o bien, fabricarlos nosotros mismos con unos tablones de madera. Las medidas más recomendables para estos cajones son: 50 cm de largo, 25 cm de ancho y otros 25 cm de profundidad o altura.
Estos cajones, los ubicaremos siempre lejos de cualquier fuente de luz y calor, ya que el Champiñón no precisa de ninguna de ellas para su desarrollo. Una vez ubicado, procederemos con la siembra.
El cultivo del Champiñón requiere de un tipo de suelo algo especial, compuesto por paja, sustrato y abono. Colocaremos en el fondo del cajón una capa de paja pudiendo ser trigo, cebada o avena, cubriéndola posteriormente con una capa de sustrato a base de turba y serrín, para terminar cubriéndolo todo con un estiércol bien descompuesto. Las capas entre sí han de estar equilibradas.
Para sembrar los Champiñones, desmenuzaremos el micelio, que es donde se encuentran las esporas de estos hongos, sobre el estiércol, cubriéndolas con un poco de sustrato y regándolas levemente para asentar la tierra.
Como hemos dicho antes, el Champiñón no necesita luz, por lo que cubriremos nuestros cajones con una tela tupida que le proporcione oscuridad y al mismo tiempo humedad, ya que precisarán de un 80% de la misma para su desarrollo.
En cuanto al riego, regaremos los Champiñones frecuentemente con una pistola aspersora, evitando así remover la tierra y las acumulaciones de agua en el suelo. Nos aseguraremos de no mojar nunca los Champiñones y de que la temperatura se mantenga media-baja, nunca superando los 25oC.
Es importante no abusar del riego, ya que un exceso de humedad, podría provocar la aparición de moho, arruinando nuestra producción y posterior cosecha. Para prevenir esto, además de cuidar los riegos, desinfectaremos los cajones antes de volver a utilizarlos.
Pasadas unas siete semanas después de la siembra, podremos recolectar nuestros Champiñones, teniendo cuidado de hacerlo antes de que el anillo que posee el Champiñón próximo al sombrero se agriete. Los cosecharemos a oscuras retorciéndolos, nunca cortándolos, para posteriormente, guardarlos, también, a oscuras.
Si queremos disfrutar de Champiñones orgánicos durante todo el año, procuraremos hacer siembras mensuales, disponiendo, de esta manera, de Champiñones frescos cuando queramos.