Dormir, al igual que ocurre en los casos de los adultos, es un hábito esencial que debe estar presente en la vida de un bebé. Y es que el sueño es algo indispensable para un correcto funcionamiento de nuestro organismo, dado que influye tanto a nivel físico como mental y emocional.
Sin embargo, existen casos en los que los bebés se resisten a dormir, despertándose varias veces durante la noche, lo que le llega a provocar un gran trastorno tanto a su actividad diaria como a la de sus padres. Si el bebé no presenta ninguna razón por la que no pueda dormir, éste debería dormir sin problemas desde los 6 meses de edad.
¿Por qué no duermen los bebés?
Se sabe que muchos de los adultos que padecen insomnio, también lo fueron cuando eran pequeños, por lo que es muy importante conocer las causas que lo provocan para atajarlas cuanto antes y que los bebés puedan dormir solos.
Según los expertos, las causas que provocan insomnio en los pequeños vienen establecidas por nuestra propia cultura, el clima y los horarios que establecen los padres. Pero también existen otras causas internas que pueden provocarlo, como las pesadillas, el sonambulismo, los terrores nocturnos o la enuresis.
Tratamiento del Insomnio en bebés
Si la causa de este trastorno viene desencadenada por un factor interno, se ha de pedir consejo médico para solucionarlo cuanto antes, pero si es provocado por un factor externo, los padres pueden solucionarlo de una manera sencilla, simplemente, cambiando de hábitos.
En cuanto al clima, poco pueden hacer los padres, salvo acondicionar la habitación del niño para que pueda dormir lo más cómodo posible, aunque es evidente que si hace mucho calor, cuesta más conciliar el sueño, algo que le ocurre a muchos adultos durante las noches de verano.
Respecto a la cultura y los horarios, si los padres quieren que su hijo crezca sano sin mostrarse irritado cada mañana, pueden solucionarlo cenando antes y yéndose más pronto a dormir.
Si además los padres quieren fomentar el sueño en el bebé, pueden ofrecerle, siempre que sea posible, alimentos que favorezcan el sueño como pueden ser los hidratos de carbono, la fruta, los vegetales, los huevos, y el pescado azul, evitando aquellos que lo alteran como la carne, el resto de pescados, las bebidas estimulantes, los postres y demás dulces.
De igual modo, es aconsejable educar al bebé desde una edad temprana en el hábito del sueño, manteniendo y respetando siempre los horarios de comida y descanso del pequeño.