Cuando una persona decide castrar o esterilizar a su perro o perra, muchas veces no se tiene claro el concepto entre una operación u otra, llegando en algunos casos a confundirlas. Es por ello, que es muy importante saber diferenciarlas para poder elegir la que mejor se adapte a las necesidades tanto del dueño como del animal.
La principal diferencia que hay que conocer entre castrar perros y esterilizar perros, es que en la primera se extirpan los órganos reproductores, eliminando con ello, la capacidad reproductora y el instinto sexual; mientras que en la segunda, lo que se realiza es una eliminación de los conductos espermáticos en los perros y una ligadura de las trompas en las perras, eliminado así la capacidad reproductora pero no el instinto sexual, conservando con él los comportamientos típicos en la época de celo.
Teniendo clara esta diferencia, se escogerá la que mejor se adapte a lo que se desea, ya que si lo que se quiere es un perro o una perra emocionalmente estable, se optará por la castración, mientras que si se prefiere mantener al perro o a la perra con todos sus instintos naturales, para que se desarrolle de una forma más natural, se elegirá la esterilización.
Ambas intervenciones evitarán la procreación, y cada una de ellas prevendrá ciertas enfermedades malignas, como por ejemplo, la aparición de tumores, que podrían surgir si no se llevaran a cabo.
Antes de tomar una decisión basándose en las necesidades del dueño, será necesario consultar con un veterinario para que sea éste quien recomiende cuál de las dos opciones es la más apropiada para el perro o la perra, ya que dependiendo de las características y situación de cada animal, una sería más beneficiosa que otra.
Sea cual sea la decisión final, no habrá razón para la preocupación, ya que este tipo de operaciones, por norma general, aportan muchos beneficios tanto a las mascotas como a sus dueños.