En tan sólo ocho meses y si nada divino lo impide, el consumo de foie gras quedará definitivamente prohibido en California. La afamada “delicatessen” de la gastronomía francesa quedará desterrada de todos los establecimientos californianos.
La prohibición no es nada novedosa, pues se firmó su aprobación hace ocho años, siendo gobernador todavía Arnold Schwarzenegger, aunque es ahora, tras años de prórrogas administrativas, cuando definitivamente entrará en vigor.
Durante estos años, ha existido un fuerte debate sobre el maltrato al que son sometidos patos y gansos, en las granjas de engorde.
En dichas granjas, los animales son forzados a comer hasta prácticamente reventar, para así conseguir que sus hígados incrementaran de forma espectacular el tamaño de sus hígados (llegando hasta el kilo).
Estos hígados hipergrasos y supercalóricos, se transforman después en un manjar muy apreciado por la gran mayoría de gastrónomos.
En 2006, Chicago prohibió también el consumo de foie gras, sin embargo, tuvo que ceder finalmente ante la evidencia de que la mayoría de los restaurantes continuaron “sirviéndolo a escondidas”, camuflándolo bajo creativas etiquetas. De modo que la prohibición estuvo en vigor tan sólo dos años.
Curiosamente, esta es también la amenaza que han decidido lanzar muchos chefs, arriesgándose a tener que abonar la multa de hasta 1.000 dólares al día, que está tipificada sobre quienes incumplan dicha ley.
De modo que muchos restaurantes se han sumado a la moda de convertirlo en su producto estrella, a modo de homenaje póstumo, negándose a tener que “comer teniendo que seguir los dictados de ecologistas y vegetarianos”, defendiendo las virtudes y beneficios gastronómicos de “un producto consumido durante cientos de generaciones”.