La Bronquitis es la inflamación de los bronquios, la cual, provoca que éstos se estrechen y como consecuencia de ello, la entrada y salida del aire sea mínima. Por este motivo, esta enfermedad, suele cursar con tos y expectoraciones, reacción que provoca el cuerpo para intentar abrir las vías respiratorias.
Esta enfermedad suele ser de origen vírico, aunque también puede causarse por bacterias o agentes irritantes como son el tabaco y la contaminación. Por norma general, los niños se ven afectados en otoño y en invierno, es decir, cuando se suelen frecuentar lugares cerrados.
La Bronquitis infantil, puede darse de dos maneras diferentes, en un periodo concreto de tiempo, conocida como Bronquitis aguda, o prolongarse y ser recurrente, denominándose Bronquitis crónica. En ambos casos, será muy importante seguir el tratamiento que el pediatra estime oportuno.
Tratamiento contra la Bronquitis infantil
Con el fin de hacer sentir mejor al niño, lo más recomendable es disponer de un humificador en la habitación donde vaya a estar el niño, o bien, colocar un recipiente con agua sobre el radiador, para que así el vapor ayude a abrir las vías respiratorias del pequeño.
De igual modo, si el niño presenta mucosidad, se le ha de dar mucho líquido, como por ejemplo, bebidas templadas para favorecer la fluidificación del moco.
Si el niño padece de tos seca, se puede emplear un jarabe para la tos, siempre recetado por el pediatra, para aliviar al niño. Sin embargo, si la tos va acompañada de expectoraciones, lo mejor es no administrar ningún jarabe contra la tos, ya que lo único que se conseguiría sería favorecer la infección dado que al frenar la tos, la mucosidad quedaría dentro de las vías respiratorias.
Además de todo esto, el pediatra también puede recetarle antibióticos si el origen de la Bronquitis fuese bacteriano, y un inhalador para ayudarle a abrir las vías respiratorias.
Prevención de la Bronquitis infantil
Para prevenir la Bronquitis infantil en los niños, sobre todo en aquellos que presentan una especial vulnerabilidad a contraer este tipo de enfermedades, lo más recomendable será:
– Evitar la exposición excesiva al frío y a la contaminación.
– Disminuir la estancia en sitios cerrados y muy abarrotados.
– Procurar que personas ya resfriadas interactúen con el niño.
– No fumar cerca del niño para que no entre en contacto con el humo del tabaco.
Si no fuese posible evitar alguno de ellos, lo más recomendable sería asegurarse que el aire que respire el niño sea renovado frecuentemente.