El British Shorthair, además de poseer un instinto cazador innato y ser algo independiente y reservado, como la mayoría de los gatos, añade a su personalidad que es un gato cariñoso y juguetón con su familia, lo que lo hace perfecto para convivir en un hogar, ya que es un gato muy equilibrado emocionalmente.
Según diferentes expertos, la conducta del British Shorthair viene determinada por su pelaje, siendo los de pelo azul más tozudos, los plateados más sensibles y los que presentan varias tonalidades en su pelaje, más juguetones.
El British Shorthair suele adaptarse bien a cualquier entorno, ya sea en el campo o en la ciudad, siempre y cuando se le proporcionen los cuidados básicos que necesita. Además, presenta un carácter tranquilo y no tiene problemas en convivir con otros animales, ya sean otros gatos o perros, por lo que es idóneo para vivir en un apartamento y con otras mascotas.
Aunque presenta un carácter tranquilo, el British Shorthair no es nada perezoso ni aburrido, sino todo lo contrario, le gusta jugar y corretear, incluso en su edad adulta, participando en los juegos con los más pequeños de la casa. Tampoco tiende a enfadarse si los niños no lo tratan adecuadamente o lo molestan, simplemente se va a otro lado, por lo que se podría decir que es un gato muy pacífico.
Del mismo modo, la conducta del British Shorthair se complementa con un punto dulce, que lo hace ser muy cariñoso con su dueño y con los que le rodean, buscando su ración de mimos diarios, pero sin llegar a ser pegajoso o incluso posesivo.
El British Shorthair buscará el contacto y el cariño de su dueño, alegrándose incluso de la llegada a la casa cuando se ha ausentado por cierto periodo de tiempo. A cambio de recibir ese cariño, este gato mostrará un comportamiento ejemplar, siendo fiel y amable con los que le rodean.