El “colecho” o que el bebé duerma habitualmente con los padres es un tema muy debatido por especialistas en psicología infantil, donde algunos recomiendan su práctica, mientras que otros abogan por que el niño aprenda desde el principio a dormir solo.
Veamos a continuación los beneficios y las desventajas que puede provocar en el desarrollo del bebé la práctica del “colecho”.
Beneficios del “colecho”
Para determinados profesionales, el “colecho” supone una experiencia muy integradora y positiva tanto para el niño como para los padres. Algunos estudios demuestran que cuando el bebé duerme con su madre, éste logra alcanzar un sueño más calmado y profundo, lo que repercute en un mayor descanso para ambos.
El hecho de que la madre o el padre comparta la cama con su hijo, permitirá responder más rápidamente a las necesidades del pequeño, por lo tanto, si el pequeño se despierta en mitad de la noche, sus necesidades serán atendidas con mayor rapidez, por lo que su nivel de estrés se verá reducido, y a la larga, el desarrollo emocional del pequeño será más positivo.
Por último, cabe mencionar que algunos estudios han demostrado que aquellos niños que experimentaron el “colecho” durante su primera infancia, posteriormente en la madurez, demostraron poseer más autoestima, así como una mayor seguridad en sí mismos, lo que repercutía directamente en su nivel de optimismo y felicidad.
Desventajas del “colecho”
Otros profesionales señalan, en cambio, que el “colecho” puede resultar perjudicial para el bebé al existir la posibilidad de asfixiar o aplastar al pequeño de forma involuntaria. Además, la relación conyugal entre los padres se puede ver significativamente alterada, ya que la intimidad en el dormitorio sería inexistente.
En este sentido, diversos estudios han demostrado que dormir con los padres puede provocar problemas de sueño para el bebé, quien no sólo dormiría menos, sino que también tardaría más en conciliarlo y se despertaría más veces a lo largo de la noche, afectando al estado anímico de los padres y de él mismo.
Así pues, para que el “colecho” resulte realmente beneficioso, debe ponerse en práctica de manera natural, consensuada y responsable por ambos padres, no siendo utilizado como una forma de compensar el vacío emocional que pueda sentir uno de los cónyuges.
A este respecto, se debe evitar el uso de un acolchado pesado, compartir la cama si se es fumador, retirar cualquier peluche o cojín que resulte demasiado mullido, intentar no cubrir la cabeza al bebé mientras duerme, etc…
En caso de que el “colecho” no sea la opción que más agrade, pero se desee compartir el sueño con el bebé, lo más recomendable es ubicar la cuna del pequeño en el mismo dormitorio de los padres, de este modo, cada uno dormirá en “su espacio”, pero compartiendo esta experiencia juntos.