El Yoga es una disciplina milenaria que tiene su origen en la India. Con ella se pretende trabajar cuerpo, mente y espíritu, y puede resultar muy interesante si los niños la practican en su tiempo libre.
Que los niños realicen Yoga, les va a suponer un sinfín de beneficios, tanto a nivel físico como mental y emocional. Además es una manera de realizar ejercicio sin la necesidad de realizar esfuerzos violentos que pudieran dañarlos o lesionarlos.
El Yoga para niños ha de ser una actividad placentera, por lo que lo más recomendable es que los niños la realicen de manera voluntaria, de lo contrario, éstos no estarán interesados y no se mostrarán motivados por asistir a las clases. Por esta razón, no se les debe presionar ni obligar a hacerlo.
La edad mínima para realizar esta actividad se establece en los 3 años, existiendo también una modalidad para edades inferiores, el Yoga para bebés, en cuyas clases, los padres deben acompañar a los pequeños para realizar una actividad conjunta.
Aspectos positivos del Yoga en los niños
Existen muchos motivos para que los niños practiquen Yoga siempre y cuando ellos quieran, pero la razón principal es que esta actividad les aportará un montón de beneficios que les ayudarán a llevar una vida mejor.
Desarrolla la coordinación y el control postural. Realizar las posturas de Yoga, ayudará a mejorar la elasticidad y a incrementar el tono muscular, a la par que favorecerá el desarrollo del control postural y la coordinación psicomotriz, ayudándole al niño a coordinar mejor sus movimientos y a mantener una postura de su cuerpo correcta en todo momento.
Favorece la relajación. El Yoga ayuda a los niños, y a todos los que lo practican, a relajarse más fácilmente a través del control de la respiración, un hecho muy importante a tener en cuenta, ya que de este modo, el niño podrá controlar sus impulsos canalizando su energía, aportándose bienestar.
Ayuda a mejorar la concentración. Con el Yoga, se ejercita la concentración, ya que los ejercicios que se realizan requieren de ésta para poder efectuarse correctamente. Gracias a esto, los niños aprenderán a autorregularse y a aplicar ese estado de concentración en las actividades que realicen en el día a día.
El estado de relajación y concentración que adquieren los niños a la hora de practicar Yoga, les aportará un gran equilibrio emocional, así como un conocimiento y control sobre sus sentimientos que no podrían conseguir de no hacerlo, proporcionándoles de igual modo, autoestima y confianza en sí mismos.