Lo primero que debe conocer toda aquella persona que desee iniciarse en el mundo de la horticultura y la jardinería, es el tipo de suelo que tiene en su huerto o en su jardín, ya que son las propias plantas las que se adaptan a éste y no al revés.
Es por esta razón que resulta fundamental, conocer, aunque sea a nivel básico, de qué tipo de suelo disponemos, para así seleccionar aquellas plantas que mejor se adapten a éste y podamos obtener así un mejor desarrollo de las mismas.
Aunque en principio, resulta necesario realizar diferentes análisis en un laboratorio, para poder determinar el tipo de suelo del que se dispone, existen métodos más rudimentarios que nos permiten conocer, de forma aproximada, la estructura y la composición de nuestro huerto.
Método del Aplastamiento
Primeramente, cogeremos una muestra del suelo y la humedeceremos, pero sin llegar a empaparla. A partir de ahí, procederemos a apretarla y soltarla varias veces, observando el comportamiento de la tierra.
En función de los resultados observados, nuestro suelo tendrá una composición u otra:
– Si conserva su forma original, el suelo tendrá una composición mayoritariamente arcillosa. Cuanto más moldeable y suave sea su textura, más arcilla contendrá.
– Si quedan restos pegados a la palma de la mano, el suelo tendrá una composición intermedia entre la arcilla y la arena, es decir, será un suelo limoso.
– Si se desmenuza por completo entre los dedos, el suelo tendrá una composición mayoritariamente de arena.
Método del Frasco
Introduciremos en un recipiente con agua (llenar hasta la mitad) una porción de nuestro suelo, cerraremos el bote, lo agitaremos y dejaremos reposar la solución para que vayan depositándose los diferentes elementos.
Según la composición del suelo, los sedimentos se depositarán en una u otra altura en el recipiente con agua.
En función de los resultados observados, nuestro suelo tendrá una composición u otra:
– Si la mayor proporción de componentes se mantienen en la parte superior, entonces el suelo tendrá una composición mayoritaria de arcilla o limo.
– Si la mayor proporción de componentes se hunden hasta el fondo del recipiente, entonces el suelo tendrá una composición mayoritaria de arena.
A través de este método, también podemos detectar el excedente o la deficiencia de materia orgánica en nuestro suelo, ya que ésta flota en el agua, por lo tanto, si observaos que hay poca materia orgánica flotante, entonces, deberemos añadir compost a nuestro suelo.