Alemania ha obtenidos unos 60.000 millones de euros de beneficios con la financiación de su deuda, gracias a la asfixia económica de España e Italia provocada por las reformas fiscales aprobadas sobre ambos Estados. Además, Mario Draghi, declaró ayer que el BCE no tiene la intención de aliviar las presiones de los mercados sobre éstos. Alemania no puede perder su “tajada“.
Mientras que Italia y España agonizan por la presión ejercida sobre su deuda debido al sometimiento de sus economías a los mercados secundarios, Merkel está obteniendo grandes beneficios de esa crisis, tal y como ha confirmado una información del diario teutón Bild, el cual, ha estimado que Alemania se ha ahorrado unos 60.000 millones de euros con la financiación de su deuda en torno al 1%, desde mediados de 2010.
La información proporcionada por el periódico alemán hace referencia también a que el Tesoro germano ha conseguido colocar, en numerosas ocasiones, emisiones a corto plazo con tipos negativos, es decir, que Alemania no sólo no ha tenido que pagar por ello, sino que ha llegado a cobrar. ¿Extraño? no, ¿Sorprendente? tampoco, el primer acreedor de Europa es el Deutsche Bank alemán, el verdadero “mercado”.
Bild también ha destacado que a esos 60.000 millones de beneficios hay que añadir unos 80.000 millones más, debido a la mayor recaudación tributaria y la consiguiente reducción del gasto social impuesta en el país por Angela Merkel.
El artículo se centra en que, a diferencia de Alemania, España ha visto como se le han duplicado los intereses de su deuda a 10 años en el mercado secundario, pasando del 3,7% en 2010, a más del 7% al que cotizó ayer. Incluso, los tipos de interés alcanzaron hace poco más de un semana el 7,5%, alcanzando un máximo histórico desde la creación del euro.
Mientras sucedía todo esto en España, los intereses germanos han podido reducirse a la mitad, marcando niveles inéditos a la baja del 1,16%, el pasado mes de julio.
Ayer, el “efecto Draghi” (otra estupidez de la prensa española) devolvió la tensión al mercado de deuda, donde el bono español a 10 años se volvió a situar por encima de la tan comentada barrera del 7%, mientras que la deuda alemana si se vio beneficiada por los comentarios del presidente del BCE, provocando que la rentabilidad del bono alemán cayera hasta un 6%, marcando valores del 1,28%.
El ministro de Finanzas alemán, Philipp Rösler, confirmó, horas antes de la intervención de Draghi, la negativa total de Berlín a la aprobación de la licencia bancaria para el fondo permanente de rescate, una de las opciones que se estaba estudiando estos días en la eurozona, para atajar la crisis y reducir las presiones sobre la deuda.
Quiso aprovechar la reunión para transmitirle un mensaje al BCE, en el que le “recomendaba” que se concentrase exclusivamente en la política monetaria, es decir, en reducir la inflación, “solicitando” que los países con problemas de deuda, en clara alusión a España e Italia, iniciaran la aprobación de más reformas económicas.
Unas declaraciones que mostraron al mundo, el total y completo rechazo de Alemania a la posibilidad de que el BCE interviniera de forma directa e inmediata en la lucha contra la crisis de deuda, como volvieron a pedir Rajoy y Monti tras su reunión en el Palacio de La Moncloa, celebrada ayer.
El presidente del BCE, Mario Draghi, suscitó la semana pasada grandes expectativas en los mercados, al comentar en una conferencia en Londres, que la entidad (refiriéndose al BCE) iba a hacer “todo lo que fuese necesario para preservar la unidad y la integridad del euro“, creando la falsa ilusión de que iniciaría el proceso de compra de deuda de España e Italia.
Sin embargo, las palabras del BCE decepcionaron enormemente a los mercados. Ni licencia bancaria para el fondo de estabilidad, ni compra directa de bonos, ni bajada de tipos, etc… aunque eso sí, el “responsable de la política monetaria” si dejó en el aire la posibilidad de una posible compra de bonos. España buscaba una declaración de intenciones contundente, no obstante, Draghi no quiso concretar nada.
Los efectos se dejaron sentir de forma inmediata en la Bolsa de Madrid llegó a perder más de un 5% cuando justo antes del anuncio de Draghi se encontraba subiendo un 2%, mientras que la prima de riesgo española se disparó, a los pocos minutos, y se estableció en los 594 puntos.