El Alaskan Malamute es una raza de perro muy cariñosa, limpia, que no ladra y de carácter tranquilo. Desde que nace, es un perro acostumbrado a vivir en manada, por lo que necesita la convivencia en grupo para desarrollarse plenamente feliz.
También es importante mencionar que puede llegar a ser un poco independiente y testarudo, por lo que en determinadas ocasiones querrá imponer su criterio y desobedecer las órdenes directas que se le den.
Relación con la familia
El Alaskan Malamute es un perro ideal para la vida en familia, ya que por naturaleza se relaciona de forma muy amigable con los humanos. No obstante y por este motivo, no es recomendable utilizarlo como perro guardián, pero sí como protector de la familia ante situaciones extremas.
Es aconsejable educarlo y socializarlo de forma correcta con otras personas y animales desde muy pequeño, además de estimularlo tanto física como mentalmente a través del juego y el ejercicio.
El Alaskan Malamute se adapta muy bien a la vida en un apartamento (las hembras mejor que los machos), pero ha de disponer de un espacio lo suficientemente grande donde pueda moverse libremente, descansar e incluso dormir.
Cabe destacar que el Alaskan Malamute, al ser un perro muy activo y de gran tamaño, necesita realizar bastante actividad física a diario y consumir grandes cantidades de comida, lo que supondrá a la familia un coste añadido pero que se verá suplido por el vínculo irremplazable que le ofrecerá el perro, único con esta especie.
Relación con los niños
A pesar de su aspecto serio, el Alaskan Malamute es el perfecto compañero de juego para los niños, ya que es un perro muy juguetón que soportará cualquier travesura que los niños puedan hacerle, como si pertenecieran a la misma manada.
Como hemos mencionado al principio, el Alaskan Malamute es un perro muy limpio que apenas desprende “olor a perro” y que no ladra sin motivo (sólo lo hará para avisar de algún peligro), por ello, resulta un perro perfecto si se tienen niños pequeños en casa, ya que respetará sus horas de sueño, sin ladridos inoportunos.