Según un estudio publicado recientemente, el 38 % de la población de la Unión Europea sufre algún tipo de patología neurológica o psicológica, que al no recibir el tratamiento adecuado, repercute gravemente en el desarrollo de su actividad laboral y personal.
Estas enfermedades mentales (la mayoría sin tratar adecuadamente), suponen un gigantesco coste económico y social para los Estados (cifras próximas a los cientos de miles de millones de euros) ya que los que las padecen están incapacitados para trabajar a pleno rendimiento y sus relaciones personales acaban resintiéndose.
Hans Ulrich Wittchen, director del instituto para Psicología Clínica y Psicoterapia en la Universidad de Dresde y el principal investigador del estudio europeo, realizó un estudio de tres años de duración sobre una población de 514 millones de personas.
El equipo de trabajo de Wittchen realizó el estudio sobre unas 100 enfermedades mentales diferentes, desde la ansiedad y la depresión hasta la adicción o la esquizofrenia, pasando por enfermedades neurológicas como epilepsia, Parkinson y esclerosis múltiple.
Las 4 enfermedades más incapacitantes, calculándose en términos de años de vida ajustados por discapacidad, son la depresión y demencias asociadas con el Alzheimer y la demencia vascular, la adicción al alcohol o los ictus.
Dichos trastornos mentales resultan ser una importante causa de muerte, incapacidad y una gran carga económica en todo el mundo, ya que según las estimaciones ofrecidas por la OMS para 2020, la depresión será el segundo mayor contribuyente al coste mundial de las enfermedades padecidas por personas de todas las edades.
De este modo, los investigadores consideran fundamental para los responsables de políticas sanitarias reconocer la enorme carga que suponen estos trastornos y encontrar el método de identificar lo antes posible a este tipo de pacientes potenciales, así como priorizar la inmediatez en los tratamientos.