Durante su infancia, los niños suelen requerir más cantidades de hierro que durante el resto de etapas de su vida, ya que debido a los cambios físicos que se van produciendo en su organismo, son más proclives a padecer anemia.
Como siempre recordamos, en lo que respecta a la salud, es imprescindible consultar con un profesional médico que confirme realmente la aparición de dicha enfermedad.
Síntomas de la anemia infantil
Veamos a continuación los principales síntomas que suelen aparecer cuando un niño padece anemia infantil.
– Piel ligeramente decolorada (palidez en labios, párpados y uñas).
– Pérdida de apetito, irritabilidad y falta de concentración.
– Debilidad muscular generalizada e hinchazón en manos y pies.
– Dificultad respiratoria y ritmo cardiaco acelerado.
Estos últimos síntomas únicamente se producirían si la anemia presenta un estado severo o avanzado.
Diagnóstico y tratamiento de la anemia infantil
Si se observa que el pequeño presenta alguno de los síntomas anteriormente descritos, será necesario acudir a la consulta del pediatra.
Posteriormente, éste solicitará un análisis de sangre con hemograma completo, en el que comprobará si los niveles de sideremia, ferritina, índice de saturación de transferrina, micocitosis e hipocromía han descendido.
Si se trata de una anemia infantil de origen nutricional, se intentará eliminar la causa introduciendo en la dieta alimentos ricos en hierro.
Respecto a los fármacos, en primer lugar, se suministrarán preparados de hierro por vía oral, quedando reservada la vía parenteral para casos extremos. Los tratamientos suelen ser prolongados y se mantienen de 6 a 8 semanas, hasta que se normalice el nivel de hemoglobina.
Cómo evitar la anemia infantil
Para evitar la anemia infantil, nada mejor que llevar a cabo una dieta variada y saludable, pero además rica en hierro, la cual, debe incluir:
– Carne de vaca, pollo y pescado.
– Yema de huevo.
– Alubias, lentejas, garbanzos y soja.
– Guisantes, espinacas, brócoli, coliflor y remolacha.
– Vísceras vacunas (hígado, riñones, etc…).
– Todo tipo de frutas.
– Mariscos de concha (mejillones, almejas, cangrejo, etc…).
Por último, conviene recordar que para combatir la anemia infantil, tan importante es el alimento como la forma de ingerirlo, de ahí que la absorción de hierro resulte más efectiva cuando se combina con el ácido ascórbico o ácido cítrico, encontrados, por ejemplo, en la naranja y en el limón.
Por lo tanto, habrá que combinar esta dieta rica en hierro con zumos cítricos o infusiones que faciliten la asimilación del hierro por parte del organismo del pequeño.