La enfermedad celíaca (celiaquía) es una intolerancia permanente al gluten cuya ingestión provoca una inflamación del intestino delgado, lo que posteriormente, dificulta la absorción del resto de nutrientes.
El gluten es una proteína que se encuentra en la semilla de muchos cereales, como por ejemplo, el trigo, la cebada, el centeno, la avena, la espelta, el triticale (híbrido de trigo y centeno) y el kamut, el cual, es responsable de la elasticidad de la masa de harina y además proporciona consistencia elástica y esponjosa a los panes y las masas horneadas.
Así pues, la industria alimentaria empela el gluten como ingrediente en panes y derivados para conseguir que adquieran una textura crujiente y esponjosa, aunque también es utilizado como aditivo, razón por la cual se encuentra presente en alimentos que, en principio, no lo contendrían, como por ejemplo, los fiambres, los embutidos, los patés, los quesos para untar, las salsas preparadas, las cremas, las sopas de sobre, los concentrados de carne y pescado, los turrones, los mazapanes, las latas en conserva, las golosinas, los bombones, etc…
Por lo tanto, si el pediatra nos informa de que nuestro hijo es celíaco, no habrá que alarmarse, ya que el tratamiento de la celiaquía consiste simplemente en llevar una dieta ausente de gluten, con lo que se consigue la supresión de los síntomas.
De este modo, únicamente será necesario excluir de la dieta los cereales que contengan gluten o cualquiera de sus derivados.
Veamos a continuación los principales productos que debemos evitar en una dieta para niños celíacos:
– Harinas de trigo, centeno, avena, cebada.
– Pan, bollos, pasteles, tartas, galletas, bizcochos y demás productos de pastelería cocinados con harinas con gluten.
– Fideos, sémola de trigo y pasta (espaguetis, macarrones, tallarines, etc…).
– Chocolates (no todos, algunos están libres de gluten).
– Leches malteadas y alimentos malteados.
– Obleas de comunión.
– Higos secos.
– Productos manufacturados en los que entren en su composición harinas con gluten, como por ejemplo, sopas de sobre, flanes y natillas preparadas, helados, etc…
En este sentido, hay que destacar que el maíz y el arroz pueden tomarse sin problema, ya que no contienen gluten. También existen multitud de productos de uso habitual que llevan gluten, pero que también los comercializan sin esta sustancia, por lo que es fundamental fijarse en el empaquetado del mismo.
Una alimentación sin gluten no perjudica en absoluto el desarrollo normal de un niño, ya que el gluten no es una proteína indispensable, y por lo tanto, puede ser eliminada y sustituida por otras proteínas de origen vegetal o animal. Un niño celíaco que realice una dieta ausente de gluten, pero variada, basada en lácteos, frutas, verduras, legumbres, carnes y pescados, huevos y cereales sin gluten, se estará alimentando de forma sana y equilibrada.