El papel de padre ha cambiado mucho en los últimos años, pasando de estar aislado en el momento del parto, esperando tras la puerta el nacimiento de su nuevo hijo, a estar presente e involucrarse en todo el proceso.
Durante el embarazo
El papel de padre no comienza cuando su hijo nace, sino mucho antes, desde el momento en que su pareja sabe que está embarazada. Es en este momento cuando el futuro padre debe asumir su nuevo papel, debido a que la futura madre precisará de todo su apoyo. Además, el padre tendrá una oportunidad única de ir entablando un vínculo afectivo son su bebé mientras éste permanece en el vientre materno.
Otra oportunidad muy clara que tiene el futuro padre para involucrarse en la gestación de su hijo, son las clases de preparación al parto, un entorno ideal para que ambos padres se informen de lo que sucederá durante el parto, los cuidados que el bebé precisará, etc…, afianzando aún más la seguridad en sí mismos y ayudándose mutuamente, como un buen equipo.
Durante el parto
Con las primeras contracciones, el futuro padre deberá apoyar a su pareja en todo momento, atendiendo todo lo que necesite, tranquilizándola y dándole seguridad para que no se ponga nerviosa.
Para ello, lo más aconsejable es que sea el padre el que tome las riendas, encargándose de coger el bolso con las pertenencias necesarias, trasladarla si fuera posible hasta el hospital y rellenar todo el papeleo requerido una vez allí. Sobra decir, que es imprescindible que el padre se vea sereno y con semblante tranquilizador, y aunque no sepa con certeza qué hacer en todo momento, bastará con que muestre su apoyo y cariño.
A pesar de todo ello, y aunque no lo parezca en ese momento, la futura madre sabrá agradecer a su pareja todo lo que ha hecho por ella. En este caso, que el padre pueda participar o no en el momento del parto dependerá de las circunstancias y el lugar donde se produzca.
Después del parto
Durante las primeras horas de vida del bebé, éste necesita tanto a la madre como al padre por igual, y aunque el pequeño no debe ser separado de la madre, el padre no tiene por qué quedarse al margen, sino que lo conveniente es que esté presente en las revisiones, de este modo irá estrechando el vínculo paterno-filial que se empezó a formar cuando el bebé aún estaba dentro del vientre materno.
De igual modo, que el bebé sienta a través de su piel a su padre en un primer momento, le ayudará a tranquilizarse cuando la madre no pueda estar presente y sea éste quien deba cuidarlo, evitando lloros inconsolables por la ausencia materna y ofreciéndole, además, calor, afecto y protección.