Un error muy común que suelen cometer algunos padres, a la hora de tratar la fiebre en sus bebés, es administrarles Paracetamol e Ibuprofeno alternativamente. Esto suele ocurrir cuando la fiebre es alta y se mantiene constante.
A pesar de que ambos medicamentos son similares, lo más aconsejable es no mezclarlos, ya que cada uno presenta unas características y propiedades que los diferencian:
– Paracetamol. Es un medicamento con propiedades analgésicas y antipiréticas, las cuales, ayudan a bajar la fiebre. Suelen tomarse unos 10-15 mg/kg de peso cada 4-6 horas.
– Ibuprofeno. Es un medicamento con propiedades antiinflamatorias que produce un rápido descenso de la fiebre. En este caso la toma se estima entre 5-10 mg/kg de peso cada 6 horas.
Como se puede observar, aunque estos medicamentos presentan unas funciones muy similares, son diferentes, y ha de ser el pediatra el que estime oportuno cuál debe serle administrado al bebé dependiendo de los síntomas que éste presente.
En cualquier caso, sea cual sea el medicamento recetado, no se deben sobrepasar las cantidades recomendadas por el pediatra, se han de cumplir los tiempos de las tomas, y nunca se deben dejar los medicamentos al alcance de los niños.
Motivos por los que no se debe alternar Paracetamol e Ibuprofeno
Como se ha mencionado antes, cuando un niño presenta una fiebre alta y persistente, algunos padres suelen administrarle ambos medicamentos alternativamente, algo que es un completo error.
Y es que, las cantidades recomendadas para ambos antitérmicos son distintas, y si ambos se alternan, los padres corren el riesgo de equivocarse en las cantidades de cada uno de ellos, pudiendo darle al bebé una dosis elevada, y provocando consecuentemente la aparición de los efectos secundarios que tienen estos medicamentos cuando se administran en dosis altas.
A este respecto, y sabiendo que todos los medicamentos pueden ser tóxicos para nuestro organismo si no son administrados moderadamente, el Paracetamol y el Ibuprofeno, aun siendo unos fármacos muy habituales, también pueden provocar efectos secundarios para quien sobrepasa las cantidades recomendadas. En el caso del Paracetamol, es considerado un tóxico hepático, y en el del Ibuprofeno, puede causar daños gastrointestinales.
Por estas razones, y sobre todo si hablamos de un bebé cuyo organismo es más frágil que el de un adulto, se han de seguir prudencialmente todas las indicaciones dadas por el pediatra, para no causar daños mayores en el desarrollo del bebé.